La televisión cubana anunció la muerte del sexto militar de las fuerzas armadas que fallece en la isla en menos de dos semanas. Todos, con una trayectoria muy similar al servicio del régimen.
La primera muerte se anunció el 17 de julio: Agustín Peña, jefe del Ejército Oriental. Tres días después, Marcelo Verdecia Perdomo, uno de los guardaespaldas de Fidel Castro en la Sierra Maestra.
El 24 de julio, Rubén Martínez Puentes, a quien se le atribuye apoyar la orden de Raúl Castro de derribar las avionetas de Hermanos al Rescate. El 26, fallece Manuel Eduardo Lastres Pacheco. Y ese mismo día, Armando Choy Rodríguez.
Algo común en los cinco anuncios de la prensa oficialista sobre estas muertas fue que en ningún momento se mencionó la causa. Los cuerpos fueron cremados de inmediato.
Todo ocurre en medio de una crisis sanitaria. Por ejemplo, este jueves se reportaron más de 8,500 nuevos casos positivos de coronavirus. Pero también, en medio de una convulsión política tras el estallido social del pasado 11 de julio. Para algunos analistas, los anuncios en televisión nacional son una estrategia para desviar la atención.
Lo cierto es que la falta de información por parte del gobierno ha dado lugar a rumores y sospechas. Se habla incluso de divisiones en las altas esferas del gobierno, mientras los cubanos mantienen su reclamo de libertad, y figuras claves aún permanecen aferradas al poder.
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