Se acrecienta la crisis humanitaria de los cubanos en Trinidad y Tobago

Están en condiciones infrahumanas a las afueras de oficina de la ONU.

Su indignación representa la implosión de una crisis. Las huellas de su destierro y desalojo es todo cuanto queda del sueño de libertad con el que salieron de su país. Son cientos de cubanos hoy sin techo frente a la sede de Naciones Unidas en Trinidad y Tobago, muchos llegaron hace tres años buscando refugio político a un lugar sin ley que los protega al recibirlos. 

Como refugiados de Naciones Unidas, mucho esperaron que un cambio legislativo le otorgara estatus y permiso para trabajar, mientras eran víctimas de la explotación laboral y el racismo. 

Ayilín Martínez es una de las tantas cubanas varadas en Trinidad y Tobago que ha pedido ayuda y se la “han negado, porque según ellos no califico dentro de las personas más vulnerables”. 

Los cubanos sobrevivían a duras penas con la ayuda económica de una ONG llamada “Living water” pero el apoyo se redujo prácticamente a cero, eso condujo al colapso de su existencia.

“Lo impensable es lo que nos toca hacer a los cubanos aquí pero para sobrevivir tenemos que hacerlo”, expresa José Lino, un preso político Cubano.

Desde los inicios de esta situación sobreviven en la calle por la caridad de nacionales que se comportan como hermanos, en tanto a Naciones Unidas piden respuesta pero sólo llega silencio. Por su parte los cubanos consideran que su crisis sólo beneficia al gobierno de La Habana. 

Para algunos como Jackelín Veras Morfa, una cubana varada en Trinidad y Tobago, ellos representan una “válvula de escape a parte de ser un negocio, evitan una explosión social en Cuba porque van saliendo, (el gobierno de La Habana) los va dejando salir y son personas que no están de acuerdo con el regimen y no explotan dentro de Cuba”.

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