La crisis humanitaria desatada tras el intento de 1,700 cubanos de atravesar el territorio centroamericano rumbo a Estados Unidos ha provocado un enfrentamiento entre los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica, que se acusan mutuamente de crear los incidentes en la frontera común.
Costa Rica la adoptado ya medidas humanitarias extraordinarias para acoger en su territorio a los cientos de cubanos que el domingo fueron rechazados por dispositivos militares de Nicaragua, en la zona de Peñas Blancas.
El sábado, las autoridades migratorias costarricenses les otorgaron un visado humanitario a los cubanos para que prosiguieran su recorrido, pero las fuerzas nicaragüenses los rechazaron violentamente, disparándoles y arrojándoles gases lacrimógenos para dispersarlos.
Ante la imposibilidad del paso, la Dirección de Migración y Extranjería de Costa Rica y la Cruz Roja Internacional han comenzado a plantar campamentos cerca de la frontera para acoger a los cubanos, que cuentan con una visa de tránsito válida por siete días.
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El protocolo con Cuba establece que se ejecute la deportación de los nacionales que decidan retornar voluntariamente o de quienes cometan delitos.
Pero como la deportación es una variante difícil de ejecutar, la Dirección de Migración y Extranjería de Costa Rica considera la posibilidad de extender el período de la visa entregada a los cubanos, dada la circunstancia especial de este caso.
Se espera que el tema migratorio cobre una particular importancia durante la visita que realizará el presidente costarricense Luis Guillermo Solís a La Habana, los días 15 y 16 de diciembre.
El gobierno costarricense no descarta acudir a la Organización de Estados Americanos (OEA) para resolver la crisis.
