“Ahora el futuro es verdaderamente incierto, unos dicen que si abrió la frontera otros dicen que no pero para allá vamos porque no hay otra opción”, dice el inmigrante cubano en medio de su desesperación.
Su voz se entrecorta cuando piensa en su esposa, su hijo de cinco años y su bebita en brazos. Es uno de los cientos de cubanos que llego a Turbo, Colombia, y ahora vive la incertidumbre de adentrarse o no en la selva de El Darién para continuar su camino hacia Estados Unidos.
“Ni Migración ni el gobierno de Colombia nos tendió la mano. Sencillamente así, no hay otras palabras nos mandó para la selva”, agrega el hombre.
“No tomamos la iniciativa lo que nos obligaron a tomar la jungla”, agrega.
Y a la selva se han ido los migrantes cubanos rumbo a Panamá.
Como no pueden ni quieren regresar, los cubanos varados en Panamá piden ayuda a gritos al presidente panameño Juan Carlos Varela.
La Loma de la Muerte podría ser el destino de los cubanos varados en La Miel y amenazados con la deportación por las autoridades de Panamá. Actualmente suman más de 600, acampados en este poblado fronterizo con Colombia, donde coco, mango y plátano se han convertido en el alimento del día.
De los cubanos en tránsito, el gobierno de Costa Rica, que tiene cerradas sus fronteras ha deportado 66 cubanos por haber ingresado al país de forma irregular provenientes de Panamá.
