Culpables por contrabando de peloteros cubanos

Un jurado de Miami halló culpables este miércoles a un agente deportivo y un preparador físico acusados de contrabando de peloteros cubanos en Estados Unidos.

El veredicto del miércoles se produjo después de unas seis semanas de testimonio en el juicio federal contra el agente Bartolo Hernández y el preparador físico Julio Estrada por cargos de conspiración y contrabando de personas.

La evidencia de la fiscalía incluyó el testimonio de varios jugadores de Grandes Ligas, que dieron detalles sobre sus salidas ilegales de Cuba para luego firmar lucrativos contratos con equipos de béisbol.

También se presentaron documentos con información falsa utilizados para que los peloteros fijaran sus residencias en México y Haití, requisitos para poder ser declarados agentes libres.

Hernández y Estrada no testificaron. Sus abogados argumentaron que sus negocios eran legítimos.

El jurado deliberó aproximadamente unas cinco horas antes del veredicto. La fiscalía dijo que Hernández encara entre tres y 15 años de prisión, y Estrada entre cinco y 35 años tras las rejas.

Ambos afrontan la confiscación de más de $15,5 millones, además de bienes raíces, cuatro vehículos Mercedes-Benz y lo depositado en cuentas bancarias. La jueza de distrito Kathleen Williams fijó la lectura de sentencia para el 11 de julio, y ambos individuos podrán permanecer libres bajo fianza.

Los abogados defensores prometieron apelar.

Las pruebas que se presentaron el juicio dieron luz a una operación de contrabando en la que se traía a gente de Cuba a México, que desde 2009 se convirtió en una plataforma para el lucrativo negocio de los fichajes de peloteros de élite. Los involucrados en el contrabando testificaron que Hernández y Estrada lo dirigían todo.

Los jugadores eran sacados de Cuba rumbo a México o Haití en lanchas rápidas, firmaban papales declarándose residentes en su nuevo país y al final reciben el visto bueno para fichar con clubes de Grandes Ligas. La fiscalía le mostró al jurado que muchos de esos documentos contenían información falsa, como oficios ficticios de los jugadores y que se falsificaban los documentos de viaje.

"Siempre hicieron las cosas de forma deshonesta", declaró el fiscal adjunto Michael "Pat" Sullivan al jurado en su alegato final. "Esto fue un fraude".

En uno de los momentos más memorables del juicio, el astro de los Medias Blancas de Chicago José Abreu testificó que se tragó una de las páginas de un pasaporte haitiano falso cuando viajó a Estados Unidos en 2013, al temer de las repercusiones por llegar a Miami con un documento falso. Abreu acabó firmando un contrato de 68 millones de dólares con Chicago.

Los testimonios también revelaron las disputas en México por la custodia de los jugadores, involucrando a organizaciones delictivas.

El jardinero de los Marineros de Seattle Leonys Martín le contó a los jurados sobre un intento de secuestro que sufrió, en el que cual individual que decían estar armados irrumpieron en su departamento con una palanca. Martín, eventualmente, cruzó la frontera de Estados Unidos en Laredo, Texas, y firmó un contrato de $15,5 millones con los Rangers de Texas, que posteriormente le canjearon a Seattle.

"Mi vida corrió peligro en México", dijo Martín al testificar sobre el por qué decidió cruzar la frontera sin papeles. "Temía que me iban a secuestrar".

Otro jugador, Reinier Roibal, testificó sobre haber sido testigo de una confrontación armada en un muelle mexicano entre uno de los líderes de la operación de contrabando, Joan "Nacho" García, y un grupo de hombres. Roibal mencionó que escuchó disparo y no se supo más sobre García, a quien la fiscalía describió como el "máximo rufián de Cancún".

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