50 años de la libreta de racionamiento

La libreta de racionamiento cubana cumple 50 años, como el mejor símbolo del fracaso de la dictadura de los hermanos Castro.

Este artilugio implantado en un país que no estaba envuelto en ningún conflicto bélico, fue la solución del sitema cubano para lograr varios objetivos:

1. Enfrentar la terrible escasez de productos de todo tipo, provocados por el enfrentamiento con Estados Unidos y el desabastecimiento que generó la destrucción del parque industrial y de una eficiente red de pequeñas y medianas empresas de producción, abastecimiento y servicios, tras la vorágine de nacionalizaciones de las grandes industrias y de la posterior estatización de toda la economía.

2. Usar la administración del hambre desde el poder como mecanismo de control político.

3. Homogenizar el consumo y el estándar de vida en niveles patéticos de pobreza:oferta limitada, dieta pobre y escasa y mala calidad de la oferta.

4. Politizar la libreta, con el argumento de que todos los cubanos tenían acceso a una distribución alimentaria a precios subsidiados.

Hoy, 50 años después, y con constantes rumores de que va a desaparecer, la libreta es casi el único vestigio visible de lo que fue la autocracia fidelista. El raulismo está buscando la manera de hacerla desaparecer, pero con una economía maltrecha y con una doble moneda, no han encontrado ni el momento ni el modo para hacerlo, aunque sin duda, es algo que ya viene en camino, tal y como en su momento desapareció el mismo sistema de racionamiento que existía para comprar ropa, juguetes o cualquier otro artículo necesario para la vida.

En la actualidad el cubano tiene el derecho mensualmente a 7 libras de arroz, media botella de aceite para cocinar, una pequeña ración de pan, y reducidas raciones de frijoles, pollo y huevos, además de aceite y azúcar. La carne de res o de puerco no se venden ni en los centros espirituales. Productos como el pescado están contemplados, pero rara vez los venden.Los niños reciben un litro de leche y yogur, mientras que a los diabéticos les venden reducidas y ridículas dietas con las que no pueden sobrellevar con dignidad su enfermedad.

Desde su creación en 1962 hasta la fecha, la libreta ha ido reduciendo cada vez más su oferta y la calidad de su oferta, ante la imposibilidad del castrismo de mantener el gasto que semejante empresa requiere.

Hay que recordar que el castrismo no produce casi nada, y tiene que importar la mayoría de lo que consume.

A los 50 años, la libreta cubana es una más de las afrentas a las que el régimen que gobierna la isla ha sometidos a los cubanos.

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