Lo que para muchos hombres sería un sueño, para Daniel Metzgar, tener una erección por ocho meses fue su peor pesadilla.
El hombre entró al quirófano para un simple implante de pene, pero algo falló durante la cirugía y cuatros meses después, Metzgar padeció un hinchazón, por lo que decidió ir al hospital a que le realizaran algunas pruebas.
Metzgar denunció el hecho ya que consideró que se trataba de una mal praxis del personal médico y fue llevado a juicio pero para su sorpresa, el juez aclaró que no hubo negligencia médica en la demanda presentada en este caso.
Metzgar y su abogado, durante el juicio de una semana, describieron el malestar frecuente y la vergüenza diaria que experimentó el paciente después de la operación quirúrgica, incluyendo problemas para circular en motocicleta, para llevar ropa normal o para participar de eventos sociales con la familia. "Casi no podía bailar, con una erección amenazando a mi mujer", dijo Metzgar al jurado al inicio del juicio. "No es algo que quiera llevar a cabo en las fiestas mostrar a los amigos", añadió.
Metzgar terminó eliminando la prótesis, después que la tubería del dispositivo pinchara su escroto durante un viaje con la familia a las Cataratas del Niágara.
El abogado del afectado consideró el resultado de la operación como "impresionante".
