MEXICO - Cinco empleados de un diario del estado norteño de Coahuila fueron secuestrados y algunas horas después liberados, en un hecho que el periódico advirtió es una muestra de la inseguridad que padecen los medios de comunicación en una zona afectada por la violencia del crimen organizado.
Para otros, este caso también mostraría que grupos de la delincuencia organizada ahora ya no sólo busca amedrentar a los medios a través de agresiones a reporteros, fotógrafos y editores, sino incluso de personal de áreas no editoriales como ocurrió en este caso.
El diario El Siglo de Torreón informó en una nota divulgada en su página de internet que ninguno de los cinco trabajadores plagiados pertenece al área de redacción y fueron liberados la madrugada del viernes tras permanecer plagiados algunas horas.
El diario de la ciudad norteña de Torreón ya había padecido agresiones. En 2009 y 2011 hombres armados atacaron a tiros sus instalaciones, sin que hubiese víctimas, pero sí daños materiales.
El director editorial del diario, Javier Garza, señaló a la AP en un correo electrónico que dos de los empleados trabajan en el área de internet, dos en publicidad y uno más en administración.
La Procuraduría de Coahuila informó en un comunicado que inició una investigación para dar con los responsables.
Un funcionario de la Procuraduría, que pidió no ser identificado por tratarse de un caso que aún está bajo investigación, dijo a The Associated Press que los cinco empleados del diario El Siglo de Torreón fueron plagiados el jueves y dejados en libertad la madrugada del viernes en circunstancias que todavía no están aclaradas.
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Dijo que aparentemente los trabajadores fueron secuestrados en distintos lugares, aunque evitó mencionar el posible móvil.
La Procuraduría no señaló quién estaría detrás del secuestro, aunque algunos como la organización promotora de la libertad de expresión Artículo 19, ven al crimen organizado como el posible responsable.
Juan Carlos Romero, oficial adjunto del programa de libertad de expresión de Artículo 19, dijo a la AP que este secuestro evidencia algo sobre lo que su organización había comenzado a ser alertada: que el crimen organizado busca presionar a los medios mediante ataques no sólo a periodistas, sino a personal de áreas no editoriales.
"Antes secuestrabas a un reportero de la fuente policiaca, a un editor y le decías por dónde querías que fuera la agenda", comentó.
"Hoy en día no es necesario llevarse a reporteros: ubicas a trabajadores de otras áreas no editoriales, como en este caso, y puedes imponerle de igual manera la agenda a un medio de comunicación", dijo.
Romero dijo que Artículo 19 ha sabido de más casos anteriores en esa misma zona de secuestro de empleados de áreas no editoriales de otros medios, aunque dijo que esas empresas han decidido no darlo a conocer.
En la nota divulgada en su página de internet, El Siglo de Torreón señaló que el hecho "cimbró a esta casa editora y puso otra vez en relieve las nulas condiciones de seguridad para los medios de comunicación ante la ola de violencia".
El diario señaló que por motivos de seguridad no dará detalles sobre la manera en que ocurrió el secuestro y la liberación.
"Lo ocurrido la noche del jueves resulta alarmante porque abre un nuevo frente en la vulnerabilidad de los medios de comunicación, pues los trabajadores secuestrados no pertenecen al área de redacción", añadió.
Hasta ahora no se ha informado específicamente si tras el secuestro de sus empleados, algún grupo se comunicó al diario para realizar presiones editoriales. Las autoridades no han responsabilizado a nadie por el secuestro.
El director editorial de El Siglo de Torreón señaló a la AP que la nota divulgada en su sitio de internet era la única postura que darían.
En 2011, tras el último ataque contra sus instalaciones, Garza dijo que tenían más de un año que el diario había tomado la decisión de no mencionar por nombre a los carteles de las drogas en sus historias y tampoco investigaban notas del crimen organizado.
Torreón es una ciudad localizada en una zona colindante entre los estados de Coahuila y Durango, conocida como La Laguna, donde las autoridades han reportado la presencia y lucha entre los carteles rivales de Sinaloa y Los Zetas.
La prensa mexicana ha enfrentado en los últimos años ataques crecientes, algunos atribuidos al crimen organizado, y ha llevado a algunos medios a dejar de cubrir notas sobre narcotráfico.
Las relatorías para la libertad de expresión de la ONU y de la OEA consideran a México como el país más peligroso para ejercer el periodismo en el continente.
Romero, de Artículo 19, dijo que este caso debería llevar a las autoridades federales y locales a enfrentar la situación de violencia en esa región del norte del país y, particularmente, darse cuenta que son necesarios mecanismos de protección no sólo para los periodistas, sino en general para los trabajadores de los medios.
Dijo que Artículo 19 ha registrado nueve ataques contra medios en Coahuila desde 2009, incluidos los dos contra El Siglo de Torreón.
Añadió que aunque a nivel nacional han detectado que la mayoría de las agresiones contra la prensa proviene de funcionarios públicos, en el caso del noreste (donde se localiza La Laguna) los ataques son principalmente del crimen organizado.
