Un regalo de Navidad que no tiene precio

MIAMI - Un joven de 24 años de origen cubano regresa a su hogar luego de cuatro años. En ese lapso ha servido a la Marina de guerra de los Estados Unidos. En el Sur de la Florida, padres y hermanos declaran que no existe un mejor regalo que la visita de su hermano, de su hijo, de su afecto. No importa que sea sólo por unos días.

"Estoy demasiado feliz", declaró el soldado, David Lazcos. Su madre, Miriam Lazcos, asegura que este es un regalo que no puede describir con palabras. "Es la primera vez en cuatro años que veo a mi hijo".

Su padre, Publio Lazcos, reconoció que no existe un mejor regalo que la visita de su hijo.

Con el fin de la guerra escenas como estas se repiten a lo largo y ancho del país.

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