Primer Viernes Santo post revolución

LA HABANA - Cuba celebrará este Viernes Santo como día festivo desde inicios de la revolución, en consideración a una petición realizada por el papa Benedicto XVI al Gobierno de Raúl Castro durante su visita a la isla a finales de marzo. Fuentes de la Iglesia católica en la isla confirmaron a Efe que la festividad del Viernes Santo fue eliminada del calendario en los primeros años de la revolución liderada por Fidel Castro, que triunfó en enero de 1959. La restitución de ese festivo fue una de las solicitudes que Benedicto XVI conversó con el presidente Raúl Castro durante su visita a la isla a fines de marzo, y a solo dos días de su partida el Consejo de Ministros se reunió para analizar la petición. Finalmente, el Gobierno anunció el pasado sábado su decisión de declarar festivo el viernes 6 de abril de Semana Santa con "carácter excepcional" por este año, y reservó "a los órganos superiores de la Nación la determinación definitiva" sobre el tema. Los medios oficiales cubanos publicaron detalles de la regulación que establece el receso de "las actividades laborales no indispensables" este viernes y reitera su "carácter excepcional". Según lo dispuesto por el ministerio de Trabajo, las administraciones cuyas actividades recesen mañana pagarán a sus trabajadores el salario íntegro establecido. Por su parte, la Iglesia católica anunció que un canal nacional de la televisión estatal cubana transmitirá en directo parte de los rituales celebrados en la Catedral de La Habana por el Viernes Santo. En concreto, se transmitirá el Sermón de las Siete Palabras como parte de la prédica que el cardenal cubano Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, oficiará en la catedral. La Iglesia también ha destacado la realización del recorrido del Vía Crucis que tradicionalmente se realiza en el centro histórico de La Habana y que saldrá desde la misma catedral. La petición de Benedicto XVI sobre el Viernes Santo dio continuidad a la realizada por su antecesor Juan Pablo II en la visita que realizó a Cuba en 1998, cuando expresó su deseo al entonces mandatario Fidel Castro de que el 25 de diciembre fuera declarado festivo de Navidad, a lo cual el líder cubano accedió. Del 26 al 28 de marzo pasados el papa Ratzinger realizó una visita a Cuba, único país comunista de América, donde ofició dos misas multitudinarias con mensajes en favor de las libertades fundamentales y la reconciliación entre cubanos. El pontífice recordó en la isla que la visita de Juan Pablo II dio un "nuevo vigor" a la Iglesia en Cuba e inauguró una etapa de "mayor colaboración y confianza", pero admitió que existen muchos aspectos en los que avanzar. En ese sentido, exigió mayor libertad religiosa para que la Iglesia amplíe y ejerza plenamente su labor social, incluido el ámbito de la educación, un espacio que los católicos aspiran a recuperar. El viaje a Cuba de Benedicto XVI, quien también se reunió con Fidel Castro, ha sido visto como símbolo del buen momento que viven las relaciones de la Iglesia católica y el Gobierno, tras un historial de crisis, tensiones y altibajos. En los últimos dos años, la Iglesia católica ha adquirido un nuevo rol en la isla a partir del inédito diálogo que el presidente Raúl Castro y el cardenal Ortega abrieron en 2010 y que desembocó en un proceso de excarcelación de presos políticos.

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