¡Se asume como presidente!

MEXICO -- El partido que gobernó a México con mano de hierro durante la mayor parte del siglo pasado encontró un camino para volver de nuevo al poder prometiendo un gobierno moderno, responsable y abierto a la crítica.

Pese a que el margen de victoria de Enrique Peña Nieto fue claro de acuerdo con el conteo rápido oficial dado a conocer la noche del domingo, no es el mandato que Partido Revolucionario Institucional, o PRI, esperaba, pues asumía contar con el apoyo de más de la mitad de los votantes como dijeron, en algunas ocasiones, varias encuestas pre-electorales.

La victoria presidencial se logró con cerca del 38 por ciento de los votos e inmediatamente Peña Nieto empezó a trabajar para lograr el apoyo de los otros dos tercios de mexicanos que no votaron por él.

Muchos de ellos rechazaron su afirmación de que él o el PRI representaran una forma nueva de hacer política y de buen gobierno.

En respuesta, el ex gobernador del populoso Estado de México dijo que los primeros resultados oficiales señalan que los votantes le dieron una "segunda oportunidad" a su partido.

También dijo que él y el PRI aprovecharán esa oportunidad y que gobernarán de una nueva manera, "conforme a la nueva realidad de democracia plena, de libertades y de participación social".

El candidato que le sigue en los resultados electorales, Andrés Manuel López Obrador, se negó a conceder su derrota a la espera del conteo electoral final y de su validación legal.

También dijo que se pronunciaría sobre el resultado electoral hasta el miércoles.

"La postura que asumo es esperar hasta que tengamos las actas y todos los resultados", dijo el candidato de la izquierda. "No hubo la equidad que establece la Constitución. Todavía no se ha dicho la última palabra. Hay información que nosotros tenemos que indica otra cosa de lo que está diciéndose en lo oficial".

Aunque el conteo rápido da una ventaja de poco más de seis puntos porcentuales al candidato del PRI, el recuento oficial de la autoridad electoral mexicana comenzará el miércoles y hacia el siguiente fin de semana se anunciarán los resultados finales.

Sin embargo, por tratarse de la elección presidencial, el tribunal federal electoral es el órgano encargado de validar los comicios luego de analizar cualquier impugnación basada en posibles irregularidades que puedan argumentar los otros dos partidos. Ese proceso podría tardar varias semanas.

El Instituto Federal Electoral informó que en su conteo rápido, basado en una muestra de 7.500 mesas electorales escrutadas, Peña Nieto obtuvo entre 37,93% y 38,55% de la votación. En segundo lugar del conteo se ubicó López Obrador, que obtuvo entre 30,90% y 31,86% de los sufragios.

El anuncio de los resultados del conteo rápido provocó vítores de los priístas cuyo partido fue desbancado del poder en 2000 después de 71 años en el poder autocrático.

La primera en conceder la derrota fue la candidata oficialista Josefina Vásquez Mota, seguida del candidato Gabriel Quadri que sólo logró un porcentaje de votantes de un dígito.

Luego de que en la campaña el oficialista Partido de Acción Nacional sugiriera que un triunfo del PRI podría traducirse en pactos de convivencia con el crimen organizado, Peña Nieto aseguró que "frente al crimen organizado no habrá ni pacto ni tregua" y que continuará la lucha, aunque con una estrategia enfocada en reducir la violencia que ha dejado más de 50.000 muertos desde 2006.

Un ambiente de fiesta se desató entre los partidarios priístas que irrumpieron a bailar música norteña en la sede del partido de la capital del país.

Tienen muchas razones para celebrar de todas maneras: el PRI parecía que iba a retomar al menos una de las dos cámaras del Congreso y algunas gobernaciones.

El actual presidente Felipe Calderón dio un mensaje en cadena nacional televisiva y felicitó a Peña Nieto, de 45 años, por los resultados del conteo rápido.

"Es mucho lo que hemos logrado los mexicanos y les pido que apoyemos a quien encabezará el poder Ejecutivo", dijo el mandatario. "No hay derrotas permanentes, no hay derrotas para siempre".

"Enrique Peña Nieto parece estar logrando lo que muchos pensaron que nunca volvería a suceder: el retorno de un PRI fuerte y dinámico", dijo a The Associated Press Eric Olson, del Instituto México del Centro Woodrow Wilson. "La pregunta (es): ¿Como van a gobernar?".

El PRI ganó impulso en la campaña por la fatiga del mexicano frente a una débil economía y la fuerte escalada de una guerra contra las drogas.

Vázquez Mota, obtuvo poco más del 23 por ciento en las encuestas de salida dadas a conocer por Milenio y TV Azteca y un conteo rápido realizado por la empresa Mitofsky. López Obrador tenía un 30 por ciento de los votos.

En 2006 López Obrador en 2006 paralizó las calles de Ciudad de México, que fueron tomadas por cientos de miles de seguidores, cuando perdió la presidencia por un estrecho margen contra el presidente Felipe Calderón.

Esta vez, sólo unas 700 personas se reunieron en su sede de campaña y él canceló sus planes de ir al Zócalo, la plaza principal de la capital y que él abarrotó de seguidores el miércoles pasado.

"El tiene que ganar, ya basta del rico haciéndose más rico y nosotros los pobres cada día más pobres", dijo Rosa María Juárez, una mujer de 60 años que por varias horas esperaba la llegada de López Obrador. "Yo estoy dispuesta a todo, si nos roban la elección otra vez, va a haber guerra".

Calificado por sus detractores como un partido que durante sus gobiernos de 1929 a 2000 se caracterizó por prácticas autoritarias y corruptas, el PRI ha intentado mostrarse como un grupo que se ha modernizado y que no busca restaurar viejas costumbres políticas.

Para el poeta y escritor mexicano Homero Aridjis, "la victoria del PRI en estas elecciones no es más que la crónica de un retorno anunciado".

El PAN, que sacó al PRI de la presidencia en 2000, aparecía como el gran perdedor luego de dos gobiernos continuos.

El PRI mantuvo un fuerte liderazgo durante toda la campaña, y sería probable que recupere, al menos, una fuerte bancada en ambas cámaras del Congreso.

La posibilidad del regreso del PRI ha llevado a los analistas a discutir si eso significará la restauración de un régimen de corrupción y represión, como en el pasado, aunque algunos creen que no sería tan sencillo en un país que ha cambiado desde que ese partido gobernó.

"El contexto sí cambia muy severamente", dijo a la AP Rodrigo Salazar, profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en México. "La sociedad no es la misma; es una sociedad muy crítica, es una sociedad exigente, (y hay) una división de poderes fuerte".

Pero el PRI anticipó un mensaje con el que busca al parecer tranquilizar a sus detractores, al asegurar que no restauraría prácticas autoritarias y corruptas del pasado, como advierten sus opositores.

El presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, se atribuyó el domingo el triunfo de su partido en los estados de Jalisco, Chiapas, Yucatán y Tabasco.

En los estados de Morelos y Guanajuato, el líder político dijo que aún está muy competida la contienda.

Un sondeo a boca de urna de la empresa GEA ISA, para el grupo de medios Milenio y con un margen de error de más menos dos puntos porcentuales, señaló que el candidato del PRD a la capital, Miguel Angel Mancera, habría recibido un 61% de la votación, mientras que la aspirante del PRI habría quedado en un lejano segundo lugar con 23% de los sufragios.

La capital del país ha sido gobernada por el PRD desde 1997, cuando por primera vez se comenzó a elegir al alcalde de la ciudad de México.

Peña Nieto se ha presentado como un pragmático y moderado gobernante en lo económico, siguiendo la tradición de los últimos tres presidentes del PRI. Ha pedido una mayor inversión privada en la industria petrolera mexicana controlada por el Estado, y ha dicho que tratará de reducir la violencia al concentrarse en atacar los crímenes de alto impacto que afectan a los ciudadanos del común, mientras que le restaría énfasis a la búsqueda de capos de la droga.

Peña Nieto está casado con una estrella de telenovelas, y su campaña ha sido acusada de sobrepasar el tope electoral de financiamiento de unos $25 millones de dólares y de ser objeto de una cobertura favorable de la gigante televisiva y editorial de México, Televisa.

Estudiantes universitarios pusieron en marcha una serie de marchas anti Peña Nieto en las últimas semanas de campaña, con el argumento de que el PRI no ha cambiado, algo que ha refutado el candidato priista y que brindó un impulso moderado a López Obrador, de 58 años.

El candidato izquierdista ahora se presenta con un discurso más moderado y promete crear una "República amorosa" que restaure valores como la honestidad. En su anterior campaña a la presidencia pregonó que gobernaría primero para los pobres y lanzó duros ataques a las instituciones en medio de reclamos de que le habían "robado" el triunfo.

MEXICO (AP) -- El partido que gobernó a México con mano de hierro durante la mayor parte del siglo pasado encontró un camino para volver de nuevo al poder prometiendo un gobierno moderno, responsable y abierto a la crítica.

Pese a que el margen de victoria de Enrique Peña Nieto fue claro de acuerdo con el conteo rápido oficial dado a conocer la noche del domingo, no es el mandato que Partido Revolucionario Institucional, o PRI, esperaba, pues asumía contar con el apoyo de más de la mitad de los votantes como dijeron, en algunas ocasiones, varias encuestas pre-electorales.

La victoria presidencial se logró con cerca del 38 por ciento de los votos e inmediatamente Peña Nieto empezó a trabajar para lograr el apoyo de los otros dos tercios de mexicanos que no votaron por él.

Muchos de ellos rechazaron su afirmación de que él o el PRI representaran una forma nueva de hacer política y de buen gobierno.

En respuesta, el ex gobernador del populoso Estado de México dijo que los primeros resultados oficiales señalan que los votantes le dieron una "segunda oportunidad" a su partido.

También dijo que él y el PRI aprovecharán esa oportunidad y que gobernarán de una nueva manera, "conforme a la nueva realidad de democracia plena, de libertades y de participación social".

El candidato que le sigue en los resultados electorales, Andrés Manuel López Obrador, se negó a conceder su derrota a la espera del conteo electoral final y de su validación legal.

También dijo que se pronunciaría sobre el resultado electoral hasta el miércoles.

"La postura que asumo es esperar hasta que tengamos las actas y todos los resultados", dijo el candidato de la izquierda. "No hubo la equidad que establece la Constitución. Todavía no se ha dicho la última palabra. Hay información que nosotros tenemos que indica otra cosa de lo que está diciéndose en lo oficial".

Aunque el conteo rápido da una ventaja de poco más de seis puntos porcentuales al candidato del PRI, el recuento oficial de la autoridad electoral mexicana comenzará el miércoles y hacia el siguiente fin de semana se anunciarán los resultados finales.

Sin embargo, por tratarse de la elección presidencial, el tribunal federal electoral es el órgano encargado de validar los comicios luego de analizar cualquier impugnación basada en posibles irregularidades que puedan argumentar los otros dos partidos. Ese proceso podría tardar varias semanas.

El Instituto Federal Electoral informó que en su conteo rápido, basado en una muestra de 7.500 mesas electorales escrutadas, Peña Nieto obtuvo entre 37,93% y 38,55% de la votación. En segundo lugar del conteo se ubicó López Obrador, que obtuvo entre 30,90% y 31,86% de los sufragios.

El anuncio de los resultados del conteo rápido provocó vítores de los priístas cuyo partido fue desbancado del poder en 2000 después de 71 años en el poder autocrático.

La primera en conceder la derrota fue la candidata oficialista Josefina Vásquez Mota, seguida del candidato Gabriel Quadri que sólo logró un porcentaje de votantes de un dígito.

Luego de que en la campaña el oficialista Partido de Acción Nacional sugiriera que un triunfo del PRI podría traducirse en pactos de convivencia con el crimen organizado, Peña Nieto aseguró que "frente al crimen organizado no habrá ni pacto ni tregua" y que continuará la lucha, aunque con una estrategia enfocada en reducir la violencia que ha dejado más de 50.000 muertos desde 2006.

Un ambiente de fiesta se desató entre los partidarios priístas que irrumpieron a bailar música norteña en la sede del partido de la capital del país.

Tienen muchas razones para celebrar de todas maneras: el PRI parecía que iba a retomar al menos una de las dos cámaras del Congreso y algunas gobernaciones.

El actual presidente Felipe Calderón dio un mensaje en cadena nacional televisiva y felicitó a Peña Nieto, de 45 años, por los resultados del conteo rápido.

"Es mucho lo que hemos logrado los mexicanos y les pido que apoyemos a quien encabezará el poder Ejecutivo", dijo el mandatario. "No hay derrotas permanentes, no hay derrotas para siempre".

"Enrique Peña Nieto parece estar logrando lo que muchos pensaron que nunca volvería a suceder: el retorno de un PRI fuerte y dinámico", dijo a The Associated Press Eric Olson, del Instituto México del Centro Woodrow Wilson. "La pregunta (es): ¿Como van a gobernar?".

El PRI ganó impulso en la campaña por la fatiga del mexicano frente a una débil economía y la fuerte escalada de una guerra contra las drogas.

Vázquez Mota, obtuvo poco más del 23 por ciento en las encuestas de salida dadas a conocer por Milenio y TV Azteca y un conteo rápido realizado por la empresa Mitofsky. López Obrador tenía un 30 por ciento de los votos.

En 2006 López Obrador en 2006 paralizó las calles de Ciudad de México, que fueron tomadas por cientos de miles de seguidores, cuando perdió la presidencia por un estrecho margen contra el presidente Felipe Calderón.

Esta vez, sólo unas 700 personas se reunieron en su sede de campaña y él canceló sus planes de ir al Zócalo, la plaza principal de la capital y que él abarrotó de seguidores el miércoles pasado.

"El tiene que ganar, ya basta del rico haciéndose más rico y nosotros los pobres cada día más pobres", dijo Rosa María Juárez, una mujer de 60 años que por varias horas esperaba la llegada de López Obrador. "Yo estoy dispuesta a todo, si nos roban la elección otra vez, va a haber guerra".

Calificado por sus detractores como un partido que durante sus gobiernos de 1929 a 2000 se caracterizó por prácticas autoritarias y corruptas, el PRI ha intentado mostrarse como un grupo que se ha modernizado y que no busca restaurar viejas costumbres políticas.

Para el poeta y escritor mexicano Homero Aridjis, "la victoria del PRI en estas elecciones no es más que la crónica de un retorno anunciado".

El PAN, que sacó al PRI de la presidencia en 2000, aparecía como el gran perdedor luego de dos gobiernos continuos.

El PRI mantuvo un fuerte liderazgo durante toda la campaña, y sería probable que recupere, al menos, una fuerte bancada en ambas cámaras del Congreso.

La posibilidad del regreso del PRI ha llevado a los analistas a discutir si eso significará la restauración de un régimen de corrupción y represión, como en el pasado, aunque algunos creen que no sería tan sencillo en un país que ha cambiado desde que ese partido gobernó.

"El contexto sí cambia muy severamente", dijo a la AP Rodrigo Salazar, profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en México. "La sociedad no es la misma; es una sociedad muy crítica, es una sociedad exigente, (y hay) una división de poderes fuerte".

Pero el PRI anticipó un mensaje con el que busca al parecer tranquilizar a sus detractores, al asegurar que no restauraría prácticas autoritarias y corruptas del pasado, como advierten sus opositores.

El presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, se atribuyó el domingo el triunfo de su partido en los estados de Jalisco, Chiapas, Yucatán y Tabasco.

En los estados de Morelos y Guanajuato, el líder político dijo que aún está muy competida la contienda.

Un sondeo a boca de urna de la empresa GEA ISA, para el grupo de medios Milenio y con un margen de error de más menos dos puntos porcentuales, señaló que el candidato del PRD a la capital, Miguel Angel Mancera, habría recibido un 61% de la votación, mientras que la aspirante del PRI habría quedado en un lejano segundo lugar con 23% de los sufragios.

La capital del país ha sido gobernada por el PRD desde 1997, cuando por primera vez se comenzó a elegir al alcalde de la ciudad de México.

Peña Nieto se ha presentado como un pragmático y moderado gobernante en lo económico, siguiendo la tradición de los últimos tres presidentes del PRI. Ha pedido una mayor inversión privada en la industria petrolera mexicana controlada por el Estado, y ha dicho que tratará de reducir la violencia al concentrarse en atacar los crímenes de alto impacto que afectan a los ciudadanos del común, mientras que le restaría énfasis a la búsqueda de capos de la droga.

Peña Nieto está casado con una estrella de telenovelas, y su campaña ha sido acusada de sobrepasar el tope electoral de financiamiento de unos $25 millones de dólares y de ser objeto de una cobertura favorable de la gigante televisiva y editorial de México, Televisa.

Estudiantes universitarios pusieron en marcha una serie de marchas anti Peña Nieto en las últimas semanas de campaña, con el argumento de que el PRI no ha cambiado, algo que ha refutado el candidato priista y que brindó un impulso moderado a López Obrador, de 58 años.

El candidato izquierdista ahora se presenta con un discurso más moderado y promete crear una "República amorosa" que restaure valores como la honestidad. En su anterior campaña a la presidencia pregonó que gobernaría primero para los pobres y lanzó duros ataques a las instituciones en medio de reclamos de que le habían "robado" el triunfo.

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