China y EEUU, histórico pacto ecológico

BEIJING, China—El histórico acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y China sitúa a los dos países que más contaminan del mundo en el camino para reducir rápido sus emisiones de gases con efecto invernadero, a los que se considera responsables del calentamiento global.

Con la cuenta atrás para un acuerdo climático mundial en marcha, los dos países están buscando dejar atrás su respectiva fama de poco considerados con el medio ambiente con la esperanza de que otras naciones se animen a emprender acciones igual de agresivas.

Estados Unidos, uno de los principales defensores del esperado tratado, está fijando un ambicioso nuevo objetivo para frenar las emisiones de dióxido de carbono. China, cuyo apetito por una energía barata ha crecido junto a su floreciente economía, acordó por primera vez ajustarse a un plazo autoimpuesto para cuando alcance el límite de sus emisiones.

Los anuncios del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo chino, Xi Jinping, el miércoles en Beijing, sorprendieron a los ambientalistas que, aunque deseaban acciones de este tipo, sospechaban que las reticencias de China y la débil posición política de Obama podrían interferir. En Washington, los republicanos se mostraron también desconcertados, acusando al líder estadounidense de establecer una obligación no realista para el próximo presidente.

De hecho, el acuerdo se había estado debatiendo en privado durante meses. Funcionarios estadounidenses dijeron que el secretario de Estado del país, John Kerry, planteó la idea durante una visita a China en febrero, y Obama la secundó escribiendo a Xi en primavera para sugerir que las dos mayores economías del mundo debían unir sus fuerzas.

Obama presionó sobre el tema durante una reunión con el vicepresidente chino en el marco de una cumbre del clima de Naciones Unidas en septiembre, y los dos países cerraron finalmente el acuerdo el martes por la noche - justo a tiempo para anunciarlo por todo lo alto en el Gran Palacio del Pueblo en el final del líder estadounidense al gigante asiático.

"Este es un hito importante en las relaciones entre Estados Unidos y China", dijo Obama, con Xi a su lado. "Muestra lo que es posible cuando trabajamos juntos en un desafío mundial urgente".

Según el acuerdo, la nueva meta de Obama es reducir las emisiones en una cifra que oscila entre 26 y 28% para 2025, comparada con los niveles de 2005. Funcionarios dijeron que Estados Unidos estaba ya en el camino para cumplir el anterior objetivo de la Casa Blanca de reducir las emisiones en un 17% para 2020, y la revisión de la meta podría suponer una reducción de la contaminación el doble de rápido a partir de 2020.

China, cuyas emisiones aumentan a medida que construye nuevas plantas de carbón, estableció el objetivo de que estas alcancen su punto máximo alrededor de 2030 - antes si es posible—y que a empiecen a caer a partir de ahí. Aunque esa meta sigue permitiendo que el gigante asiático produzca más dióxido de carbono durante otros 16 años, supone un paso sin precedentes para Beijing, que se ha mostrado reticente a entrar en la comunidad climática global.

Científicos ven el incipiente tratado sobre el clima, que se espera se cierre en París el año que viene, como la última oportunidad para reducir emisiones antes de que los peores efectos del cambio climático se vuelvan inevitables. El objetivo es que cada nación se comprometa a recortar las emisiones en una cantidad específica, aunque siguen las negociaciones sobre su estas contribuciones deberían ser vinculantes.

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