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Cuenta su experiencia médico cubano varado en México

Tiene 28 años y decidió desertar de la misión médica de Cuba en Venezuela para cruzar la frontera mexicana con Estados Unidos,

Telemundo

Tiene 28 años y desde que decidió desertar de la misión médica de Cuba en Venezuela para cruzar la frontera mexicana con Estados Unidos, y pedir asilo político, se busca la vida ayudando a los más necesitados, mientras resuelve su estatus migratorio.

En Venezuela “te obligan a hacer fraudes, te obligan a inventar pacientes, te obligan a hacer pacientes fantasmas y estar de acuerdo con el régimen de Maduro, te obligan a hacerle campana política al presidente”, Dairon Elizondo.

Cansado de mentir y responder, por casi 3 años, a las exigencias de dos regímenes, el de Cuba y el de Venezuela, el doctor Dairon Elizondo rojas, especialista en cuidados intensivos, decidió darle un giro de 180 grados a su vida.

“Decidí desertar de la misión médica cubana por todo el hostigamiento que te hacen durante la misión y todas las mentiras a las que te obligan a hacer”, dice.

Junto a su esposa Elizabeth despeine, Dairon regresó a Cuba y dice que le prohibieron ejercer su profesión por tres años. Asegura que sufrió acoso hasta que decidió autofinanciarse un viaje a los EEUU. El trayecto de más de un mes de duración por avión, bote y autobús, lo trajo el mes de agosto pasado hasta la frontera de Matamoros y Tamaulipas, donde enfrento su primera entrevista con los agentes de inmigración. De antemano sabía que el proceso tomaría su tiempo por lo que decidió ofrecer sus servicios médicos en México.

“Un día pasé por aquí por el puente y vi a la doctora Helen que estaba presidiendo lo que estaba comenzando a ser esta organización, que antiguamente no era una unidad móvil si no dos carpas azules con las medicinas en una mesa. Le pregunté si necesitaba ayuda en el campamento y me dijo que sí y le envié todos mis papeles que me avalan como médico y me dijo que sí”.

Mas de 2 mil 500 migrantes han llegado a vivir a este campamento mientras se procesan sus casos de asilo político en Texas. Niños con resfriados, asma, diarreas, adultos que sufren algún tipo de discapacidad, han pasado por las manos de este joven galeno que sueña con continuar ejerciendo su profesión del otro lado de la frontera, aquí en EEUU.

“Me gusta la medicina es lo que más amo y sé hacer y por eso decidí trabajar como médico y aquí estoy”.

Rojas tiene un horario de consulta en el campamento de diez de la mañana a cuatro de la tarde, todos los días. Gana 30 dólares diarios y sabe que deberá quedarse en matamoros varios meses mientras espera una respuesta a su caso. Su próxima cita será a finales de febrero y aunque no tiene abogado, espera ganar el caso de asilo, aprender inglés y comenzar a practicar medicina del otro lado del puente, en Estados Unidos.

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