Tiempos trágicos para Hollywood

LOS ANGELES - A simple vista, los famosos parecen tenerlo todo: fama, dinero y una vida envidiable. Pero la repentina y trágica muerte de algunas celebridades en estos últimos meses parece descartar la noción de que éstas gozan de una vida perfecta y libre de problemas.

En febrero pasado, el reconocido actor Philip Seymour Hoffman murió a sus escasos 46 años de una aparente sobredosis de heroína en su apartamento en Nueva York.

Su repentina muerte fue un duro golpe para Hollywood, ya que puso en evidencia los trastornos mentales que aquejan a muchas de estas estrellas, conduciéndolas a una vida de excesos.

A la sorprendente muerte de Hoffman ahora se añade la del queridísimo actor y comediante, Robin Williams, quien se ganó el cariño de pequeños y grandes gracias a su carisma e indiscutible talento.

El “hombre de las mil voces” fue encontrado inconsciente en su residencia en California y las autoridades especulan que el actor se asfixió debido a la severa depresión por la cual atravesaba.

Estos dos casos simplemente son la punta del iceberg, ya que decenas de artistas hollywoodenses han muerto trágicamente en el pasado como Heath Ledger, que también murió en el 2008 a raíz de una sobredosis, mientras que otros han confesado haber contemplado el suicidio, como Owen Wilson en el 2007.

Y mientras miles viven deslumbrados por la imagen de fama y de glamour que ofrece Hollywood, otros tantos no dudan que es esta misma fama y glamour lo que conduce a los artistas a la inestabilidad e insalubridad mental.

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