Impactante muestra de hiperrealismo

BUENOS AIRES- El hiperrealismo del australiano Ron Mueck desembarca en Buenos Aires como primera escala de su presentación en Sudamérica con una muestra que contiene nueve de sus impactantes esculturas y cuyos detalles han sido supervisados meticulosamente por el propio artista. La Fundación Proa, en el emblemático barrio porteño de La Boca, acoge "Ron Mueck", su primera exposición en América del Sur, con trabajos que fueron exhibidos en la Fundación Cartier y que, a partir de febrero, cuando se clausure la muestra en Buenos Aires, pasarán al Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro. Cada detalle de la propuesta ha sido supervisado personalmente por Mueck, que viajó la pasada semana a Buenos Aires y trabajó, con la mayor discreción, en el montaje. "Es meticuloso en extremo", explica a Efe Pablo Zaefferer, el montador que colaboró con Mueck en Proa. "Marca al milímetro la distancia entre las piezas, los giros de las luces, la ubicación de los epígrafes. Nada queda librado al azar", agrega. Una vez concluido el montaje, relata Zaefferer, Mueck recorrió la exposición varias veces en un día, a horas distintas, para observar las variaciones en la luz y hacer los últimos retoques. "Mascara II", un gigantesco rostro de un hombre dormido que recuerda los rasgos del autor, sorprende al visitante nada más acceder al exposición y da paso a la gigantesca "Pareja bajo la sombrilla", en la que dos ancianos descansan en bañador ajenos a miradas indiscretas. En conjunto, nueve obras componen la propuesta sudamericana de Mueck, que incluye "Mujer con las compras", en la que el artista retoma el tema de las relaciones entre madres e hijos mostrando a una mujer cargada con bolsas y cubierta con un abrigo de paño en el que cobija a su bebe. En "Pareja joven", dos jóvenes que bien podrían estar enamorados sorprenden al espectador con una agresividad que se descubre cuando se observa la escultura desde la atrás. "A la deriva", "Mujer con ramas", que evoca el mundo de las brujas y las leyendas, "Juventud", "Hombre en el bote" y "Naturaleza muerta", en la que muestra un enorme pollo muerto suspendido en el aire, completan la exposición. Sus esculturas "son difíciles de encuadrar en las categorías del arte moderno", sostiene Grazia Quaroni, curadora de la muestra, que se resiste a clasificar a Mueck como "hiperrealista". "El hiperrealismo es una corriente que brinda mucha información del contexto de los personajes, mientras que la obra de Mueck hace todo lo contrario: son neutrales, los títulos no añaden nada del personaje, el espectador no sabe nada de esa persona, cómo es, hacia dónde va, qué está haciendo", explica la curadora. "Con un vocabulario muy simple, construye un nuevo lenguaje", asegura Quaroni, que insiste en que en la obra de Mueck "no hay narrativa, no hay retrato". "Al empujar la verosimilitud hasta el límite, Mueck crea obras secretas, meditativas y fascinantes", apunta el catálogo de la presentación de Proa. "Sus viñetas escultóricas forman parte de situaciones que no tienen ni principio ni fin, sino solo intermedios inciertos, situaciones que no existen por fuera de sus encarnaciones individuales como objetos solitarios", escribió el crítico estadounidense Robert Storr para el catálogo de la exhibición. La muestra de Buenos Aires llega precedida del éxito de Mueck en la Fundación Cartier, donde más de 300.000 personas acudieron a ver sus esculturas, lo que convirtió su exposición en la más visitada de la institución. El artista australiano, de 55 años, reside en Londres y trabaja en un pequeño estudio, rodeado por un puñado de colaboradores. Utiliza resinas, fibra de vidrio, silicona y pintura acrílica para dar una apariencia real a sus creaciones, un total de 40 en toda su carrera. Mueck creció en el seno de una familia de jugueteros de origen alemán, se crió entre muñecos y disfraces, y dio sus primeros pasos en la creación plástica con trabajos para el cine y el mundo de la publicidad. La exposición "Ron Mueck", concebida por la Fundación Cartier y auspiciada por Tenaris, se complementa con el documental "Still Life: Ron Mueck at work", dirigido por el fotógrafo Gautier Deblonde, sobre el proceso creador del artista.

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