Adiós con tequila y mariachi

MEXICO -- En vida, Chavela Vargas disfrutó del tequila, el mariachi y no ocultó su sufrimiento al cantar con esa voz ronca que la caracterizó. Le habría gustado saber que su despedida en una plaza popular no dejó fuera su pasión musical, ni su gusto por la bebida, ni al pueblo mexicano, que se le entregó por años en conciertos y en su homenaje póstumo el lunes en la Plaza Garibaldi de la Ciudad de México, donde tiempo atrás estuvo de parranda con el compositor José Alfredo Jiménez. "Chavela ya te tocó cruzar el río. Llévate este jorongo con la representación de nuestro cariño y el de todo el pueblo mexicano", dijo Lila Downs antes de interpretar "Cruz de Olvido" acompañada por dos guitarras y los ojos a punto de derramar lágrimas durante el concierto que se realizó en honor a "La Chamana". Downs llevaba una botella de tequila en la mano izquierda y un caballito en la otra. Cientos de personas se congregaron la plaza del centro de la Ciudad de México para rendir homenaje a Vargas, quien murió el domingo a causa de un paro respiratorio. Tenía 93 años. "Fue una gran señora y merecía este honor", dijo en la plaza Graciela Bernal, de 40 años. "¡Murió como una chingona (maestra)!". Personas de todas las edades, muchas de clase trabajadora, esperaron por horas para pasar por una alfombra roja al interior de una carpa donde fue colocado el féretro de Vargas cubierto por su sarape rojo, negro y blanco. Algunos de los que pasaban cerca del cuerpo de Chavela tomaban tequila, otros le mandaban besos, unos más reían de la emoción y colocaban ofrendas florales. Entre los asistentes estuvo la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar, y José Alfredo Jiménez hijo, cuyo padre creó muchas de las canciones predilectas de Vargas. Eugenia León, ataviada con un vestido negro y un rebozo guinda, interpretó "Volver, volver", una de las piezas que más conmovieron a los presentes. Tania Libertad, quien en un principio no había sido anunciada para el homenaje, interpretó "Un mundo raro". Los restos de Vargas llegaron a la tradicional plaza en medio de una fuerte lluvia. El homenaje comenzó con una presentación del mariachi de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, integrado por policías. Fuera de la carpa, sobre el edificio del Museo del Tequila y el Mezcal, había un letrero que decía: "¡Adiós a la dama del tequila! Chavela Vargas". "Fue una persona que no cantaba, encantaba. Al decir sus canciones lo hacía con un sentimiento que le llegaba al pueblo mexicano", agregó Juan García, de 67 años, quien no ha olvidado cuando vio a Vargas en el bar El Tenampa, el más famoso de la plaza, un viernes por la noche en 1972.

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