¿Quién mató al Hijo de Perro Aguayo?

Luego de la trágica muerte del famoso luchador mexicano Pedro Aguayo Ramírez, mejor conocido como El Hijo del Perro Aguayo, la pregunta que muchos se hacen: ¿Quién fue el responsable?

Algunos han responsabilizado la muerte a la falta de auxilio médico durante los primeros minutos, mientras muchos dicen que fue una patada voladora por parte de su contrincante Rey Mysterio la que lo dejó noqueado, provocando luego su muerte.

Rey Mysterio ha tenido que declarar como parte de las investigaciones en torno a esta muerte, ocurrida el sábado en una función en Baja California.

En fotos tomadas durante el funeral este lunes en Guadalajara, Óscar Gutiérrez Rubio, mejor conocido como "Rey Mysterio", aparece completamente consternado.

El luchador, de 40 años, cobró fama en la WWE en los Estados Unidos. Muchos lo reconocen por su característica máscara, la cual no lució durante el funeral. El gladiador, de 40 años y nacido en San Diego, California, fue quien se enfrentó por última vez contra el Hijo del Perro Aguayo.

En entrevista con Un Nuevo Día, se le preguntó al luchador profesional Shoker si el golpe que recibió Aguayo Ramírez de Rey Mysterio fue lo que le costó la vida.

“Creo que especular en algo tan fuerte no sería digno de mí como luchador profesional”, dijo Shocker. “Todos tenemos el riesgo de lesionarnos cuando subimos al ring. No creo que eso haya sido el motivo por el cual él pierde la vida”.

Precisamente, el presidente de la Comisión de Box y Lucha Libre de Tijuana, Juan Carlos Pelayo, descartó que Rey Mysterio sea encarcelado por esta muerte.

"Fue un hecho derivado del trabajo que ellos realizan", dijo Pelayo en expresiones publicadas por el periódico El Universal, de México.

Shocker descartó además responsabilizar la muerte a la falta de equipo médico. Dijo que en estos eventos deportivos se exige tener una ambulancia afuera.

Al preguntarle por qué no se detuvo la pelea al ver la situación crítica, respondió, “Si vemos el video ni nosotros como luchadores nos damos cuenta. Estamos tan acostumbrados a recibir golpes, a recibir caídas, a lesionarnos, que muchas veces nosotros, somos inconscientes de lo que está pasando”.

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