Las autoridades penitenciarias de la cárcel del Altiplano en México, donde permanece recluido el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, negaron que se le estén violando los derechos humanos al capo, como aseguró la esposa de éste, Emma Coronel, en entrevista exclusiva con Telemundo.
El propio líder del cártel de Sinaloa denunció que le dan muchos medicamentos, que lo vigilan con perros y que su presión arterial está muy elevada.
Pero un documento firmado por el director de la prisión, Salvador Almonte, dice: “Esta autoridad nunca ha infringido dolores o sufrimientos graves que se traduzcan en actos de tortura. Es completamente falso y acrecen de sustento las reclamaciones que hace, por ello no existe ninguna razón para suponer que se encuentre en peligro su vida, la integridad o su salud”.
El documento es la respuesta que el director del penal dio al juez que recibió la queja de “El Chapo”.
Según Almonte, “la única pretensión del interno es victimizarse y causar un desequilibrio al interior de esta unidad administrativa, evitando la aplicación de las medidas especiales de seguridad”.
