Analgésicos, tan adictivos como la heroína

La adicción a la heroína o la vida de un adicto no es lo que muchos creen; lo que los doctores llaman “heroin lite”, que podría traducirse como “heroína suave” está haciendo más daño del que imaginamos.

Esta heroína es la que se encuentra en los llamados opiáceos prescritos; estas medicinas están más disponibles que nunca y listas para satisfacer un apetito que una vez creado nunca se termina de satisfacer. Todavía no conocemos todos los detalles sobre la fatídica muerte del actor Philip Seymour Hoffman, que habría sido víctima de una sobredosis de heroína, caso que pone de manifiesto una realidad que amenaza miles de vidas en todo el país y que, al parecer, no ha sido enfrentada del todo. Y el caso de Hoffman es un ejemplo claro de ello, el actor, que habría superado su adicción a la heroína 20 años atrás, no habría podido desprenderse de la adicción a los “painkillers” o analgésicos. Expertos en adicción citados en un artículo de New York Times señalan que el uso de medicaciones como el Vicodin, el OxyContin y Oxycodona –todos opiáceos como la heroína- han alterado el panorama de las adicciones y las recaídas tanto en adictos rehabilitados como en usuarios comunes.

“El usuario de la vieja escuela. Antes de los años 90, usaba mayormente solo heroína”, dijo Stephen E. Lankenau, un sociólogo de la Universidad de Drexler que se ha dedicado a investigar adictos jóvenes. Hoy, explica, los adictos van y vienen entre las medicinas, regresan a la heroína cuando está disponible y de ahí van de regreso a las pastillas.

Las cifras de abuso de opiáceos recetados ha aumentado en la última década; el número de personas que reportan haber usado heroína en los últimos doce meses se ha doblado desde 2007, llegando a 620,000 personas, de acuerdo con estadísticas oficiales. Para los investigadores, eso no es una coincidencia: Hoy, más personas que nunca han tenido acceso a temprana edad a algún opiáceo y los adictos que se recuperan viven en un mundo con muchas más tentaciones que las que había una década atrás.

“Puedes obtener las pastillas de muchas fuentes”, señala Traci Rieckmann, una especialista en adiciones de la Universidad de Oregón, explicando que no hay parafernalia ni huellas. “Es la droga perfecta para mucha gente”, dice.

Millones de personas usan estas drogas adecuadamente y los médicos generalmente las prescriben conscientemente, pero para algunos pacientes, la prescripción de analgésicos puede significar la introducción a la dependencia en el mundo de los opiáceos.

El doctor Jason Jerry, especialista del Centro de Recuperación de Adicciones al Alcohol y a las Drogas de la Clínica de Cleveland, estima que la mitad de los 200 adictos que la clínica atiende mensualmente, empezaron su adicción con analgésicos.

“Frecuentemente hay una receta legitima pero cuando menos se dan cuenta, están obteniendo las pastillas ilegalmente”, explicó Jerry.

Y aunque en muchos lugares del país la heroína es más barata que los opiáceos recetados, estos están, con frecuencia, a la mano y de su mano el riesgo de morir debido a una sobredosis.

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