Elige el mejor anticonceptivo para ti

Como toda mujer, tienes derecho a una vida sexual plena, lo que implica que puedas tener relaciones cuando quieras, sin el riesgo de quedar embarazada. También implica que puedas buscar un embarazo si es tu decisión. La elección de un método anticonceptivo se basa en las ventajas de cada opción disponible y en las características de tu vida sexual. Para elegir el mejor método, tienes que conocerlos con sus ventajas y desventajas. Los anticonceptivos se dividen en: Método natural: control del ritmo, del moco cervical y la temperatura corporal. Métodos de barrera: esponja, diafragma, condón masculino, condón femenino, capuchón cervical y escudo cervical. Métodos químicos: sustancias espermicidas. Métodos hormonales: píldora, minipíldora, parche, inyección y anillo vaginal. Implantables: varilla y dispositivo intrauterino (IUD). Quirúrgico: implante para esterilización, cierre de las Trompas de Falopio y vasectomía. De emergencia: píldora del día siguiente. Debes saber: La efectividad varía desde más del 99% en el caso de los quirúrgicos hasta menos del 80% en el método natural y la esponja. Todos los métodos tienen alguna clase de efecto secundario, salvo el método natural. Los condones de látex pueden provocar reacciones alérgicas, pero se soluciona usando los de poliuretano. Las sustancias espermicidas y los métodos de barrera deben usarse juntos. El único método que te protege del VIH/Sida y de otras ITS es el condón masculino (el femenino es un poco menos efectivo). Con algunos métodos tienes que ocuparte a diario (como los anticonceptivos orales), con otros una vez al mes (las inyecciones o parches anticonceptivos); hay métodos que se emplean en el momento de la relación sexual (como los condones), y otros que te permiten despreocuparte por completo (como los dispositivos intrauterinos). Ningún método es 100% efectivo, aunque la mayoría de las fallas se deben a errores en el uso. No debes usar métodos hormonales si eres mayor de 35 años, tienes sobrepeso, fumas o cuentas con antecedentes de coágulos sanguíneos, cáncer de seno, de endometrio o de hígado. Tampoco resultan si estás tomando antibióticos. Los métodos quirúrgicos son irreversibles en la mujer, por lo que sólo valen si has decidido que no quieres tener más niños. La píldora del día siguiente debe usarse sólo cuando falló el método habitual o cuando no pudiste usarlo (como en una relación forzada) y nunca como un método anticonceptivo. Es efectivo sólo si lo tomas antes de que pasen las 72 horas de la relación sexual. Tu médico cuenta con una guía para saber cuáles métodos no puedes elegir por cuestiones de salud, pero la decisión final es tuya, y para eso debes considerar: Tu edad: ¿puedes usar anticonceptivos orales todavía? Tu estado de salud general: ¿padeces alguna de las enfermedades mencionadas? ¿Tienes convulsiones o alguna condición crónica? Tu historial de ITS: ¿Te has infectado con VIH o con otra ITS crónica, como el herpes? Si tienes pareja estable, ¿cuál es su historial con estas infecciones? Actividad sexual: ¿con qué frecuencia tienes relaciones? ¿Cuántas parejas sexuales tienes? Hijos: ¿deseas tenerlos más adelante o ya no quieres tenerlos? Efectividad: ¿qué método funciona mejor? Efectos secundarios: ¿cuáles podrías tolerar sin que afectaran tu vida diaria? Comodidad: ¿con qué método te sentirías más cómoda y confiada durante la relación sexual? En resumen, no debes buscar el método perfecto, que no existe, sino el más adecuado para ti. Fuentes: Womenshealth.gov - American Congress of Obstetricians and Gynecologists

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