Grupo criminal retiene y amenaza a 7 periodistas

Los reporteros viajaban por una conflictiva zona de Guerrero cuando fueron agredidos.

Se reunieron para expresar la impotencia que les provoca que no les permitan hacer su trabajo. Y es que horas antes, siete reporteros de Guerrero salieron con la intención de informar a su público, sin imaginar que ellos se convertirían en la noticia.

"Nos encontramos con un grupo de aproximadamente 100 civiles armados, incluso algunos de ellos con armas, que incluso encañonaron en la cabeza a uno de nuestros compañeros", recuerda César Alejandro Lorenzo Ortiz, reportero de Bajo Palabra.

César cuenta que los periodistas habían viajado juntos hacia Totolapan Guerrero, donde previamente grupos de autodefensas se habían enfrentado a las fuerzas federales de seguridad.

Y ya casi llegaban a la zona,  recuerdan consternados, cuando los interceptaron, los agredieron, les quitaron sus vehículos y sus equipos.

"Nos dijeron que nos fuéramos calladitos y que no le dijéramos nada a nadie en ninguno de los retenes, porque ellos tenían orejas en todos los retenes", comparte Pablo Pérez García, corresponsal internacional.

Preocupados por su vida, los camarógrafos y reporteros volvieron hacia la capital del estado sin poder hacer nada ante las amenazas de sus captores, quienes les dijeron que los "iban a quemar".

Los periodistas agredidos acudieron a las autoridades para pedir ayuda para recuperar los equipos con los que se ganan la vida, pero también pidieron que los protegieran ya que sus captores les dijeron que los tenían bien ubicados.

El gobernador del estado culpó a los miembros de la Familia Michoacana de esta agresion, mientras los defensores del gremio exigieron que se investigue a fondo el asunto.

"Subrayamos que esos grupos criminales se mueven con total impunidad y nos parece extraño que hayan actuado con total anarquía en medio de dos retenes del Ejército mexicano", alerta Jesús Saavedra, reportero del estado de Guerrero.

Como esto ya no es nuevo en ese estado, dicen los periodistas, el lunes volvieron al trabajo esperando que las amenazas solo queden en palabras.

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