Opinión : Los principios democráticos están más vivos que nunca

Este es un año electoral único en la historia de Estados Unidos. Un año en que se está observando una reconfiguración de las dos principales fuerzas políticas del país. Este año ha traído nuevas opciones a un electorado que ha dado muestras de agotamiento con el sistema a la hora de seleccionar sus preferencias electorales.

Tanto el Partido Demócrata como el Republicano se han sacudido ante la aparente frustración del elector con los políticos tradicionales.

La actuación o falta de actuación de los políticos en el sistema tradicional, las constantes pugnas partidistas y la inmovilidad de un sistema legislativo que muchas veces es más partidista que legislativo, han elevado el grado de frustración del elector a niveles nunca antes vistos. Y esta situación no es necesariamente dañina para la salud democrática del país. Se han creado condiciones idóneas para que jugadores no tradicionales entren en la contienda por ocupar la Oficina Oval de la Casa Blanca.

En el caso del Partido Republicano esta coyuntura socio-política ha sido muy bien aprovechada por jugadores ajenos al “stablishment”. Este es el caso del magnate Donald Trump. Con su personalidad magnética y su lenguaje directo y explosivo se ha hecho eco de la frustración de un sector muy activo del electorado.

Su discurso político se ha centrado en temas que preocupan a la opinión pública y que han sido objeto de batallas partidistas campales. Ejemplo el tema migratorio, la seguridad nacional y la gigantesca deuda nacional. Aunque Trump quedó en segundo lugar en el Caucus de Iowa está muy bien posesionado en las encuestas para las primarias de New Hampshire y se perfila como un fuerte candidato a la nominación republicana.

Otro ejemplo de candidato “anti-stablishment” es el Senador por Texas, Ted Cruz. Él es parte del sistema político, se ha destacado por ser una especie de “agente independiente” que no ha vacilado en enfrentarse a los mismos políticos de su partido. Recordemos el maratónico discurso de 21 horas que Cruz pronunció en el senado con el objetivo de agotar el tiempo de discusión del proyecto de presupuesto que incluía fondos para financiar el programa Obamacare.

Ted Cruz apela al ala más conservadora del Partido Republicano. Para las primarias de New Hampshire la mayoría de las encuestas lo colocan en tercer lugar. Tiene una condición que también lo diferencia del prototipo de candidato presidencial tradicional: es de origen hispano. Su padre es cubano.

También es hispano de origen cubano el Senador por la Florida Marco Rubio. Sus padres emigraron de Cuba antes del triunfo de la revolución castrista. Rubio es representante del movimiento “Tea Party” dentro del Partido Republicano. Una corriente que apela también a la ideología más tradicional del llamado GOP. Marco Rubio es considerado un candidato del “stablishment”.

El hecho que dos de los tres candidatos republicanos con más oportunidades de obtener la denominación republicana sean de origen hispano refleja, en primer lugar, la salud democrática de este país, que sigue siendo el país de las oportunidades y en segundo lugar, el enorme peso político que tendrá el voto hispano en este año electoral.

En el Partido Demócrata también se observa el mismo fenómeno de cansancio electoral con los representantes del “stablishment”.

Hace unos meses la ex-Senadora por Nueva York y ex Primera Dama Hillary Clinton, parecía tener la nominación demócrata asegurada. Pero le surgió una competencia formidable en la persona del Senador por Vermont Bernard “Bernie” Sanders, quien se autocalifica como demócrata-socialista y representa la ideología más liberal dentro del Partido Demócrata. Sanders ha logrado movilizar el voto más joven y traer nuevos electores al escenario político y en las primarias de New Hampshire las encuestas le dan una amplia ventaja sobre Hillary Clinton.

En el primer enfrentamiento directo con Hillary Clinton en los Caucus de Iowa, Sanders le sacó un susto a Clinton al quedar en un empate virtual.

Cualquiera que sean los resultados en este año electoral se hará historia en Estados Unidos.
Una Senadora Demócrata de Nueva York, que aspira a convertirse en la primera mujer presidente de la potencia más grande del mundo.

Un Senador Demócrata que se autoproclama socialista contendiendo con posibilidades reales a la nominación presidencial por el Partido Demócrata.

Dos Senadores republicanos, hispanos de origen cubano, buscando el camino para llegar a la Presidencia de Estados Unidos representando al partido que siempre ha sido catalogado como “anti-inmigrante”. Si ganara cualquiera de los dos la nominación presidencial, se convertirían en el Primer Candidato Presidencial de Estados Unidos de origen hispano.

Y finalmente, un magnate multimillonario que no ha ocupado ninguna posición política en el país ha desatado un movimiento masivo contra el “stablishment”.

Cualquiera de los candidatos que finalmente resulte electo presidente, será el primero en la historia. Ya sea la primera mujer Presidente, el primer Presidente socialista, el Primer Presidente hispano o el primer Presidente que nunca antes ocupara ningún cargo político.

Los principios democráticos en Estados Unidos están más vivos que nunca. 

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