El crucero "humanitario" que Royal Caribbean organizó para llevar ayuda y evacuar a personas afectadas por el huracán María en las Islas Vírgenes estadounidenses y Puerto Rico atracó este martes en el puerto Everglades, en Fort Lauderdale.
Numerosas personas acudieron a recibir a los aproximadamente 3,800 pasajeros del "Adventure of The Seas".
Algunos fueron recibidos con gritos de "Puerto Rico se levanta" por parte de sus familiares y amigos.
Francisco Garrido, un contable de 40 años y doble nacionalidad que salió de Puerto Rico junto a su familia en este barco el pasado jueves, dijo a Efe que está "agradecidísimo a Royal Caribbean".
"Pasamos de vivir una situación insostenible a ser tratados como reyes", señaló Garrido, quien siente "mucho dolor" por haber dejado Puerto Rico y se propone volver para ayudar en la reconstrucción, cuando deje instalada a su esposa y sus dos hijas en Boston, en casa de unos familiares.
Según cuenta, su "prioridad fue salir de la isla" en razón de sus hijas. La falta de comida -"los supermercados funcionan a lo Venezuela"-, agua y electricidad, el miedo a caer enfermos en un país con los "hospitales colapsados" y la "inseguridad" pesaron en la "dura decisión" de dejar Puerto Rico.
La compañía Royal Caribbean decidió suspender el crucero que el "Adventure of The Seas" tenía previsto hacer a partir del 30 de septiembre para dedicar el barco a tareas humanitarias ante el desastre causado el mes pasado por el huracán María en Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses, solo unos días después del paso de otro ciclón de gran intensidad, Irma.
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El barco llevó cargamentos con ayuda para St. Croix, St. Thomas y Puerto Rico y en cada una de esas islas recogió a personas afectadas por María, incluidos turistas que quedaron varados debido al huracán.
La compañía Royal Caribbean ha ayudado a los pasajeros de este crucero a hacer arreglos con las líneas aéreas para que quienes no se queden en el sur de Florida puedan viajar a su destino final.
Puerto Rico quedó devastado tras el paso de María, que tocó tierra con vientos de categoría 4, que destruyeron miles de edificaciones e infraestructuras, como el sistema eléctrico, e intensas lluvias que anegaron amplias zonas.
La cifra oficial de víctimas mortales es de 16, pero otras fuentes calculan que son alrededor de 30.