Obama: A Dios rogando y con el mazo dando

Hay un dicho que se aplica muy bien a la política migratoria del presidente Obama: “A Dios rogando y con el mazo dando”. En efecto, mientras el presidente reitera, con la elocuencia que lo caracteriza, su compromiso por sacar adelante una reforma migratoria, recientemene ha vuelto a imponer nuevas metas para aumentar las deportaciones de inmigrantes hispanos para este año. Mientras que la reforma migratoria permanece inmóvil desde el 2008 cuado asumió el poder con ayuda del voto latino.

Las deportaciones masivas, la expansión de Comunidades Seguras y la incertidumbre económica en el país bajo el gobierno de Obama han generado tanto malestar en la comunidad hispana que mucho quieren abstenerse de acudir a las urnas para dejarlo fuera de juego en noviembre. Por lo pronto, el ausentismo del voto latino en la últimas elecciones parlamentarias son una señal que los democratas no deberían ignorar en este proceso electoral.

La indignación por la ampliación de “Comunidades Seguras” ha sido el detonante de una serie de protestas populares en varias ciudades, que además reflejan el creciente malestar por la sistemática deportación incluso de indocumentados sin antecedentes penales.

Han pasado más de 6 meses desde que las autoridades federales, anunciaron una propuesta para reducir, en determinadas circunstancias, el tiempo de separación de ciudadanos estadounidenses y sus esposos o hijos indocumentados mientras estos regularizan su situación, y todavía dicha propuesta no ha sido aplicada a los miles de casos de inmigrantes indocumentados con hijos o cónyuges ciudadanos estadounidenses.

El presidente Obama no sólo ha deportado a más de un millón de indocumentados desde 2009, sino que está tomando medidas, como la ampliación de Comunidades Seguras, que causarán la devastación de las comunidades inmigrantes.

El Congreso tampoco se libra porque, desde el 2007, cuando hubo una verdadera oportunidad de reformar el sistema migratorio, no ha hecho nada para avanzar en el asunto y mucho menos el presidente en estos últimos tres años.

Por ahora, ni la reforma migratoria tiene los votos en el Congreso ni el gobierno de Obama parece dispuesta a cancelar las deportaciones masivas de indocumentados sin antecedentes penales.

Lo cierto es que, si en el 2008, los latinos depositaron su confianza en las promesas de cambio y esperanza de Obama, lo pensarán dos veces antes de depositar su voto en las urnas por su reelección en este 2012.

Sin embargo la comunidad Latina confronta el problema de que no hay una alternativa al gobierno de Obama, porque los republicanos, no solo han demostrado ignorar la problemática inmigrante y el rol que ésta jugará en el destino del país, sino que apoya políticas tan violentas y precarias como la “autodeportación” para establecer un “cerco policial” entorno a los indocumentados que los prive de sus derechos y oportunidades de salir adelante.

Este parece haber sido el calculo del gobierno de Obama desde un principio, cuando su gabinete estaba bajo la dirección Rahm Emanuel en el 2008 y la reforma migratoria desapareció de la agenda. No era difícil darse cuenta que los Latinos se distanciarían de los republicanos y que no les quedaría otro recuerso que seguir votando por Obama.

El presidente esta haciendo lo mismo que él critico durante su campaña electoral en un discurso en El Paso, Texas,en el 2008, cuando criticó a los republicanos por haber convertido el tema inmigrante en “una bola de fúltbol”. Sin entender que este es un problema socioeconómico que será determinante para el futuro de EE.UU.

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