“Sucios”, después de cuatro días

PHOENIX - El alguacil de Arizona conocido nacionalmente por su posición dura contra la inmigración ilegal, subió este martes al banquillo de los testigos y enfrentó acusaciones de que sus redadas equivalen a discriminación racial contra los hispanos.

El alguacil del condado de Maricopa, Joe Arpaio, quien testificó a su favor en el juicio civil en su contra, fue interrogado en torno a declaraciones que hizo y que, según detractores, muestran los prejuicios del jefe policial.

Los abogados de los demandantes preguntaron a Arpaio sobre una declaración en la que se refirió como "sucios" a los inmigrantes no autorizados y sobre otra en la que al parecer expresa admiración por el Ku Klux Klan.

Arpaio dijo que su declaración sobre los inmigrantes fue sacada de contexto y aseguró que si alguien cruza la frontera a pie durante cuatro días por el desierto, esa persona "podría estar sucia". Ese es el contexto en el que utilicé la palabra".

También se le preguntó sobre una presentación en 2007 en un programa noticioso transmitido en televisión por cable a nivel nacional. En esa ocasión, el presentador de la CNN Lou Dobbvs conversó con Arpaio sobre las comparaciones que se hacían entre el departamento del alguacil y el KKK, a lo que el jefe policial dijo: "Creo que es un honor. Significa que estamos haciendo algo".

El martes, Arpaio señaló que no considera un honor la comparación y que no le agrada el KKK.

Arpaio no exhibió su bravuconería típica durante el interrogatorio de los abogados de los demandantes, quienes afirman que las políticas del jefe policial son discriminatorias. Arpaio señaló que andaba agripado y tenía que hablar en voz baja, además de que se aclaró la garganta en varias ocasiones.

Los demandantes afirman que la oficina de Arpaio se ha centrado desproporcionadamente en los hispanos durante operativos policíacos y lo acusaron de efectuar redadas con base en mensajes electrónicos y cartas en los que no se denunciaban delitos, sino en los que se afirmaba que "personas de piel morena" se congregaban en un área específica o hablaban español.

Un grupo de latinos que dicen haber sufrido discriminación presentaron la demanda contra Arpaio, quien obliga a que los presidiarios a dormir en tiendas de campaña y escribió una autobiografía titulada "America's Toughest Sheriff" ("El Alguacil más Duro de Estados Unidos").

Arpaio ha negado las acusaciones de encasillamiento racial y el martes afirmó: "No arrestamos personas por el color de su piel".

Durante las barridas que son el meollo del caso, agentes de la oficina del alguacil ocupan un área de la ciudad -en algunos casos, áreas de población mayoritariamente latina- durante varios días para buscar a infractores de leyes de tránsito y arrestar a otros.

Los inmigrantes sin permiso para estar en el país representaron 57% de los 1.500 arrestados en las 20 redadas conducidas por la oficina de Arpaio desde enero del 2008, de acuerdo con cifras del departamento del alguacil, que no ha realizado tales operativos desde octubre.

Los demandantes no solicitan indemnización. Desean una declaración de que la oficina de Arpaio etiqueta racialmente a latinos y una orden que requiera cambios de política.

Si Arpaio pierde el caso, no va a enfrentar cárcel ni multas.

El juicio comenzó la semana pasada y se espera que concluya la próxima. El fallo estará a cargo del juez federal Murray Snow.

El juez no ha fallado sobre el aspecto principal en el caso, la discriminación racial, pero en una decisión emitida en diciembre señaló que un investigador de hechos podría interpretar algunas de las aseveraciones públicas de Arpaio como una aprobación a esa práctica.

El juicio constituye el primer caso en el que la oficina del alguacil es acusada de encasillamiento racial sistemático y servirá de precedente para una demanda similar de derechos civiles, aunque más amplia, que presentó en mayo el Departamento de Justicia contra Arpaio.

Los demandantes afirman que los agentes de Arpaio han detenido en las redadas a hispanos que viajan en vehículos sin causa probable a fin de preguntar solamente la condición migratoria de las personas a bordo.

El alguacil sostiene que las personas son detenidas sólo si las autoridades tienen causa probable para creer que han cometido algún delito y que los agentes han encontrado después que muchos de los detenidos eran inmigrantes no autorizados.

Los abogados de los demandantes afirman que Arpaio dio su aprobación a la etiquetación racial para las redadas al remitir cartas con quejas ambiguas y cargadas de racismo a sus colaboradores, los cuales planearon las acciones policiales del alguacil y efectuaron al menos tres patrullajes tras recibirlas.

Los abogados también señalaron que Arpaio escribió notas de agradecimiento a algunas de las personas que presentaron las quejas.

Los abogados de Arpaio rechazaron que las cartas y correos electrónicos hubieran propiciado los patrullajes del alguacil con algún motivo discriminatorio. Sus abogados dijeron que las denuncias eran racialmente insensibles y que los colaboradores del alguacil, no Arpaio mismo, decidieron dónde efectuar los patrullajes. También señalaron que no había nada de malo con las notas de agradecimiento.

Arpaio "envía cartas de agradecimiento porque es un funcionario elegido", expresó en los argumentos iniciales Tim Casey, el principal abogado de la defensa del alguacil.

En una carta de agosto de 2008, una mujer escribió sobre un restaurante Sun City: "Desde el personal de la recepción hasta la zona de la cocina, sólo escuché español, salvo cuando se detenían para atender a un cliente". La carta terminaba con la sugerencia de que el alguacil hiciera una investigación.

Arpaio hizo una anotación a mano en el margen que decía: "Gracias por la información en su carta, atenderé el asunto" y que la carta debía ser remitida a su colaborador Brian Sands, quien selecciona las ubicaciones para las barridas, con la anotación que decía "para nuestra operación". La oficina del alguacil efectuó dos semanas después una redada en el restaurante.

A principios de 2008, el alguacil recibió la carta de un hombre que se quejó de que la policía en una zona cercana a Mesa no había abordado a jornaleros para que averiguara si éstos se encontraban legalmente en el país. Los abogados de los demandantes afirman que Arpaio hizo una anotación en el margen sobre una nota de agradecimiento y la marcó para que llamara la atención de Sands.

Los abogados de los demandantes dijeron que Arpaio recibió en 2008 otra carta en la que se solicitaba una redada en Mesa y se señalaba que el jefe del sindicato de policías de la ciudad era hispano.

Los abogados dijeron que el alguacil escribió "iré a Mesa" y envió una copia de la denuncia a Sands. Poco después, la oficina del alguacil efectuó una redada en Mesa y destacó en un comunicado que el alguacil había enviado agentes a la localidad "en cumplimiento de sus compromisos con la ciudadanía".

Contáctanos