Cumplir 18, el temor de los menores inmigrantes en albergues

Cuando el adolescente cumple los 18 años, su estatus legal cambia inmediatamente pasando de menor de edad a la categoría de adulto.

TUCSON - Mientras que para la mayoría de los adolescentes el cumplir 18 años es una fecha anhelada, para los menores centroamericanos que cruzaron la frontera de Estados Unidos de manera ilegal desde 2014 representa un momento que los acerca al peligro de la deportación tras saber que son objetivo de la nueva ola de redadas.

"Cuando cumples 18 años y te encuentras en uno de los albergues o sin un estatus migratorio, es lo peor que te puede pasar", manifestó el jueves a Efe Jessica Orellana.

La inmigrante salvadoreña formó parte de la primera oleada de cerca de 60,000 niños centroamericanos no acompañados que cruzó la frontera con México en el 2014.

Al igual que muchos otros, Orellana llegó a Estados Unidos escapando de la violencia generada por las pandillas en su país.

"Lo que más recuerdo es el frío que sentíamos, lo único con lo que nos podíamos tapar era una cobija de aluminio que no servía para nada", recordó la joven quien cruzó la frontera por Texas cuando tenía 17 años de edad.

Después de pasar varias semanas en Texas, Orellana fue trasladada a Arizona y posteriormente fue enviada con unos familiares en California, pero como no tenía buena relación con ellos regresó a este estado tan pronto cumplió los 18 años de edad.

De acuerdo al protocolo establecido, cuando la Patrulla Fronteriza detiene a un menor de edad que entró por la frontera sin acompañante, este es entregado en un plazo de 72 horas al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), que los traslada a albergues mientras se busca a sus padres o familiares.

No obstante, cuando el adolescente cumple los 18 años, su estatus legal cambia inmediatamente pasando de menor de edad a la categoría de adulto y entonces debe enfrentar prácticamente solo un complicado proceso migratorio que podría terminar en su deportación.

"Sientes que no le importas a nadie, todo mundo se quiere deshacer rápidamente de ti", manifestó a Efe un joven de 18 años, quien usó el seudónimo de Juan Martínez por miedo a la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE).

El joven salvadoreño llegó a la frontera de Arizona el año pasado escapando de las pandillas quienes ya le habían golpeado en varias ocasiones y en una de ellas casi pierde la vida.

"Venir a los Estados Unidos era mi ultima opción", aseguró el centroamericano, quien indicó que ahora su mayor temor es la deportación.

"He escuchado lo que está pasando a través del país, que llegan a tu casa y te llevan, no sé qué pasaría si llegan por mí", agregó.

En enero del año pasado la agencia inmigratoria llevó a cabo un operativo especial en estados como Georgia, Texas y Carolina del Norte que tenía como blanco a las madres y niños centroamericanos no acompañados que no habían cumplido con órdenes de deportación.

Los individuos que se encuentran bajo el ojo de las autoridades migratorias son aquellos que cruzaron la frontera después del 1 de enero de 2014, han recibido una orden final de deportación de una corte de inmigración y no tienen pendiente ninguna petición de asilo humanitario.

El caso legal de estos jóvenes salvadoreños es complicado y ahora tienen miedo que de un momento a otro les nieguen su caso de asilo político, lo que los pondría en la mira de ICE.

Medios de comunicación a nivel nacional han reportado que la Administración Obama prepara más redadas para el mes de junio y seguir con su política de deportación de madres y niños centroamericanos que entraron ilegalmente al país en los últimos años.

Maurice Goldman, abogado de inmigración en Tucson y miembro de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración (AILA) dijo a Efe que las opciones son muy limitadas para los jóvenes centroamericanos que cruzaron la frontera sin acompañante y ahora ya cumplieron los 18 años.

"Son muy pocas sus opciones, dejan de recibir la consejería legal que reciben algunos cuando son menores y deben buscarla por sí mismos", manifestó.

El letrado indicó que su mejor opción es continuar luchando su proceso de asilo político, especialmente si no tienen ningún familiar en Estados Unidos que pudiera hacer una petición migratoria en su nombre.

Contáctanos