Serias acusaciones marcan el último debate

Trump y Clinton estuvieron frente a frente en Las Vegas, por última vez en la campaña.

En una amenaza para un pilar fundamental de la democracia estadounidense, Donald Trump declinó decir el miércoles por la noche que aceptará el resultado de las elecciones del mes que viene si pierde ante Hillary Clinton. La candidata demócrata describió esa resistencia de Trump como "espantosa".

Trump y Clinton no se dieron la mano al final del último debate que los tuvo frente a frente en esta contienda electoral en Las Vegas, tras reiterar sus diferencias en temas como inmigración, empleos, la Corte Suprema de Justicia y la aptitud para la presidencia.

Trump ha pasado los días previos al tercer y último debate alertando a los votantes sobre que los comicios estarán "amañados". Cuando se le preguntó si aceptaría los resultados si Clinton sale victoriosa, el empresario dijo "Se lo diré en su momento, los mantendré en suspenso".

Eso contradijo las promesas de su compañero de fórmula, el gobernador de Indiana Mike Pence, y de la hija del candidato, Ivanka.

El duelo del miércoles pasó rápidamente de una discusión moderada y enfocada en propuestas a una confrontación agria y muy personal. Trump describió varias veces a Clinton como una "mujer repugnante", mientras que la demócrata le tachó de "no apto" para ser comandante en jefe.

El debate entre Clinton y Trump fue moderado por el periodista Chris Wallace de Fox News y estuvo divivido en seis temas que abarcaron 15 minutos cada uno: la deuda y los derechos, inmigración, la economía, la Corte Suprema de Justicia, los puntos conflictivos de la política exterior y la aptitud para la presidencia.

Trump se rehusó nuevamente a prometer que aceptaría la derrota el 8 de noviembre en caso de que los estadounidenses eligieran a Hillary Clinton como la 45ta mandataria del país.

El candidato republicano dijo que "lo veremos en su momento". Fue su respuesta a la pregunta específica del moderador Chris Wallace sobre si se apegaría a la tradición estadounidense de que el perdedor en las elecciones conceda la derrota ante el presidente electo.

Cuando Wallace volvió a presionarlo, Trump respondió nuevamente que "los mantendré en suspenso".

Trump ha argumentado que la prensa nacional intenta amañar las elecciones. Nuevamente aseguró sin evidencia alguna que "millones" de votantes registrados "no deberían estar registrados".

Insinuó que Clinton sería una presidenta ilegítima debido a su uso de un servidor privado de correos electrónicos cuando fungió como secretaria de Estado. Señaló: "Nunca se le debió permitir que se postulara".

La candidata demócrata, cuando hablaban de inmigración, dijo que su oponente republicano "explotó a trabajadores indocumentados".

Trump no refutó la acusación, pero repitió su promesa de que, de resultar electo, deportará a millones de inmigrantes que viven sin autorización en el país. Señaló que el presidente Barack Obama también ha deportado a millones de inmigrantes.

Trump contrató a una empresa que empleó a inmigrantes que estaban en el país de manera ilegal para las labores de construcción de la Torre Trump de Nueva York. El magnate llegó a un arreglo sobre un proceso judicial relacionado fuera de la corte.

En otro intercambio picante, Donald Trump dijo que Hillary Clinton es "una mujer repugnante".

Trump hizo ese comentario cuando Clinton estaba hablando el miércoles en el último debate entre los candidatos a la presidencia sobre preservar la Seguridad Social y el Medicare, el seguro médico gubernamental para los ancianos.

Ella dijo que su plan para salvar ambos programas incrementaría los impuestos de la Seguridad Social para los ricos, incluida ella y Trump, "asumiendo que él no pueda dilucidar cómo evadirlo".

Mientras ella continuaba hablando, Trump exclamó: "qué mujer tan repugnante".

Clinton hizo caso omiso al comentario y completó la declaración de sus planes para la Seguridad Social y el Medicare.

Clinton afirmó el miércoles que el presidente ruso, Vladímir Putin, quiere "una marioneta" como su rival republicano, Donald Trump, en la Casa Blanca, y por eso está tratando de "interferir" en las elecciones de Estados Unidos.

"Putin preferiría tener una marioneta como presidente", aseguró Clinton en el tercer y final debate presidencial en Las Vegas, en referencia al reciente informe de las agencias de inteligencia estadounidenses que apuntaba a Moscú como responsable de los intentos de interferir en los comicios de EEUU.

Por su parte, Trump, que ha reconocido su respeto por la "firmeza" del presidente ruso, respondió que es ella "la marioneta", ya que Putin ha sido "más inteligente" en Siria y Ucrania que el Gobierno del presidente Barack Obama, de la que Clinton fue secretaria de Estado.

"Putin no tiene respeto por esta persona. Usted es la marioneta", dijo Trump en uno de los momentos más acalorados del debate sobre la incapacidad de la demócrata para mantener a Estados Unidos como potencia mundial.

Clinton aseguró que "no existen precedentes" de los intentos de manipulación de las elecciones por parte de una potencia extranjera, algo de lo que acusó a Trump como responsable debido a sus comentarios sobre el presidente ruso.

"No conozco a Putin", replicó el magnate neoyorquino.

El debate presidencial, que arrancó con calma y respeto mutuo por los turnos de respuesta, se volvió rápidamente más agitado y frontal desde el intercambio entre ambos candidatos sobre Rusia.

El aspirante republicano Donald Trump aseguró hoy que si llega a la Casa Blanca, Estados Unidos crearía una "maquinaría económica" que haría que se pueda crecer a un ritmo anual del 5% o un 6%, mientras que si se impusiese su rival demócrata, Hillary Clinton, sería de "menos que cero".

"Crearemos una maquinaria económica como no hemos visto en décadas. Podemos crecer a un 5 % o 6% anual", afirmó Trump en el tercer y final debate presidencial que se celebró en Las Vegas.

"Si llega al poder Hillary (Clinton)", advirtió el republicano, "el crecimiento económico sería menos que cero".

Mientras la senda de Donald Trump a una victoria electoral parecía el martes cada vez más complicada, Hillary Clinton avanzó con firmeza en estados donde los demócratas no han ganado en décadas, y Trump trataba de centrar la atención en nuevas acusaciones sobre la investigación del correo electrónico de su rival.

La campaña de Clinton lanzó nuevas iniciativas para ampliar su ventaja y ayudar a su partido a recuperar el control del Congreso.

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