Torturas de su madre le desfiguraron los dedos

Torturas de su madre le desfiguraron los dedos

Salvador no puede chocar las palmas con su hijo, porque dos de sus dedos están pegados entre sí, desde que su madre y hermanas, cuando supuestamente, por darle una lección, lo marcaron para toda la vida.

Tenía apenas ocho años cuando le quemaron sus manos con una estufa, y aterrado, huyó de la casa.

Con el pasar de los años, sus dedos crecieron desfigurados, unidos entre sí. Y aunque un doctor en México trató de separarlos, solo pudo corregirle el pulgar, índice y medio.

Salvador contó que de niño vendía chicles, y que si no cumplía con la cuota impuesta por su padrastro, los castigos eran “como torturas”.

Curar sus manos es un procedimiento costoso, de cerca de $100,000.

Pero gracias a la fundación Cirugía Sin Fronteras, y al servicio que otorgan a personas de bajos recursos, y sin seguro médico, apenas serán $5,500.

Salvador es agricultor, y el cirujano que lo intervendrá espera que sus dedos puedan ser corregidos.

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