Reunión ampliada no alcanza acuerdo sobre migrantes cubanos

La reunión ampliada entre los cancilleres de los países centroamericanos, para tratar de buscar una solución a la crisis humanitaria en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua concluyó esta tarde en San Salvador con una rotunda negativa del gobierno nicaragüense de permitir el paso de los emigrantes cubanos a través de su frontera Sur.

El ministro de Relaciones Exteriores de El Salvador, Hugo Martínez, fue el encargado de dar el informe una vez concluida la reunión. Martínez dijo que cada país daría la información por separado cuando un reportero le preguntó si Nicaragua les permitiría el paso a los cubanos por su territorio.

Durante su intervención el canciller Martínez expreso en varias oportunidades que estaban buscando una solución estructural al problema migratorio y dejó entrever que presentarían una propuesta a Estados Unidos para que todos los inmigrantes que llegaran a la frontera norteamericana fueran tratados por igual. Dijo que la emigración ““no es un problema que se incentiva desde estos países, es un problema que se incentiva en un país de destino (Estados Unidos), debido a medidas particulares que ese país ha tomado para favorecer la migración de cubanos”.

Martínez también explicó que no se alcanzó un acuerdo común sobre los cubanos pero que “se debe respetar el principio de autodeterminación de cada uno de los países de la región centroamericana y de los que participaron en la reunión”.

Asimismo informó que por el momento, acordaron pedir el apoyo de la Organización Internacional de Migraciones para mejorar de inmediato las condiciones en las que están siendo atendidas estas personas en los albergues en Costa Rica.

Momentos después el Ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica se dirigió a la prensa y dejó claro que Nicaragua había sido el único país que puso obstáculos a las distintas posibles soluciones propuestas por los cancilleres para lograr la resolución de esta crisis humanitaria en la frontera entre ambos países.

La vocera del gobierno nicaragüense y Primera Dama del país, Rosario Murillo, había dicho en un comunicado de prensa en horas de la mañana que “el gobierno de Nicaragua rechaza la política de pies secos y pies mojados que el gobierno de Estados Unidos mantiene como parte del bloqueo contra Cuba, denunciado y condenado por el mundo entero” y acusó al gobierno de Costa Rica diciendo que: “… han creado y manipulado esta crisis que pretende ignorar las causas y la responsabilidad de los Estados Unidos en el aliento de una migración insegura, desordenada e ilegal”. Murillo también aseguró que esta situación “amenazaba la seguridad nacional de Nicaragua”.

Esta postura nicaragüense es exactamente la misma que el gobierno de Cuba ha mantenido durante décadas.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Manuel González, en horas de la mañana cuestionó el planteamiento nicaragüense y pregunto: “¿Qué peligro corremos los centroamericanos al permitir el paso seguro, ordenado y documentado de las personas migrantes de nacionalidad cubana en esta apremiante coyuntura? La respuesta es que ninguno.”

González también aseguró que “esta es una situación de carácter humanitario regional que no debe enfocarse desde la perspectiva de la seguridad, ni como un asunto bilateral entre estados involucrados y mucho menos debe ser utilizada para fines políticos”. 

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