Madre buscada por supuesto secuestro de su hijo. Primera Parte

¿Qué pasa cuando padres que viven en dos países distintos se disputan la custodia de un menor?  En una investigación especial, el equipo de Telemundo 51 Responde viajó desde Miami hasta Buenos Aires, Argentina, para hablar con una madre considerada una fugitiva internacional.
 
A simple vista, Maria Belén Francesconi parece una madre común y corriente que se asegura que sus hijos estén bien alimentados y reciban una buena educación. Pero durante una entrevista exclusiva, Francesconi dejó en claro que su vida en Buenos Aires no es tan convencional como aparenta ya que ella está en la lista de los fugitivos más buscados por el FBI por el supuesto secuestro internacional de su hijo mayor, Michael Alexander Reyes, hace ocho años.

“Yo no me puedo ver como una secuestradora porque es mi hijo”, dijo Francesconi, sentada en la sala de su apartamento de Buenos Aires.  

Francesconi tuvo a Michael Alexander en Miami en el 2008, cuando estaba de novia con el padre del menor, Miguel Ángel Reyes, quien prefirió no dar declaraciones al respecto. “Siempre fue una relación bastante complicada”, declaró Francesconi. 

Ella cuenta que en medio de la turbulenta relación, viajo a Buenos Aires con Michael Alexander para visitar a familiares a finales del 2008.

“Al principio me venía por dos meses y después Miguel insistió en que yo me quedara cinco meses”, relató Francesconi. 

Según ella, después de eso Miguel le dio a entender que las cosas habían terminado entre ellos y ella decidió quedarse en Argentina con su hijo.

“Me mandó un correo electrónico diciendo me que me quedara en Argentina, que me quedara con él bebe, que fuéramos felices y que  nos iba a enviar todas nuestras cosas”, señaló Francesconi, agregando que ella tomo eso como un consentimiento por parte del padre. 

Pero en Estados Unidos Miguel Ángel Reyes les dio otra versión a las autoridades. Reyes acusó a Maria Belén de secuestrar a su hijo e inició un caso judicial, amparándose bajo la Convención de La Haya. Este tratado estipula que un juez en el lugar donde está el menor, o sea, Argentina, debe decidir si el niño fue removido ilegalmente del país de residencia habitual, en este caso Estados Unidos.
 
La Jueza Judith Kreeger, que forma parte de la red de jueces de la Convención de la Haya explica que ese proceso no debería tardar más de seis semanas.  Francesconi dice que estuvo en litigio con Reyes en las cortes de Argentina desde el 2008 hasta el 2009 y “en el 2010 la corte suprema decía que tenemos que volver a los Estados Unidos para decidir la tenencia”. 

Pero desde entonces Maria Belén ha estado apelando las decisiones de la corte en Argentina y el proceso se ha extendido por ocho años. 

En un comunicado, el Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que “la Oficina de Asuntos de Menores está profundamente preocupada por el tiempo que se tarda Argentina en solucionar casos de secuestro internacional de menores”.

Tanto tiempo, que en Miami la corte de familia fallo a favor del padre en una batalla de custodia a la cual Maria Belén no se presentó. Según Francesconi, ella no podía viajar porque había perdido su residencia norteamericana. Sin embargo, la jueza Kreeger dice que ella pudo haber solicitado estar presente vía Skype.

Ocho años más tarde, Francesconi es considerada una fugitiva y su hijo está en la lista de los niños desaparecidos y explotados.  Según ella, esos calificativos no tienen sentido porque tanto el padre como las autoridades norteamericanas conocen su paradero.

“Él sabe dónde estoy”, dijo Michael Alexander refiriéndose a su padre biológico. A su corta edad Michael Alexander ahora vive con el peso de que pronto tendrá que irse a un país extraño para él. 

“Lo que quiero es quedarme acá, tengo mis primos, mis amigos, mis abuelos, a todos lo que tengo acá”, asegura el niño.  Francesconi sabe que Michael Alexander podría regresar pronto a Miami donde ella no puede viajar porque si pisa suelo norteamericano puede ser arrestada. 

Eso lo sabe le niño y según su madre, ha sido muy difícil para él. 

“Llora todo el tiempo… cree que todos están enojados con él, porque calculo que en su cabeza se echa la culpa de lo que le pasa”, dijo Francesconi. 

Pero la jueza Kreeger dice que la culpa de todo lo tiene la madre que se llevó al niño hace ocho años y lo privó de su padre.

Francesconi niega haberle prohibido a Reyes a ver al niño:  “Tenía las direcciones, los números de teléfono… o sea, le pudo hasta mandar una tarjeta de cumpleaños”. 
 
Aunque Miguel Ángel Reyes no quiso hablarnos en cámara, por teléfono nos dijo que lleva ocho años peleando por recuperar a su hijo. De acuerdo con la jueza Kreeger, eso es porque en muchos países el proceso de apelación alarga los casos de la Convención de La Haya.  

Según cifras del Departamento de Estado, en países como Argentina, Brasil, República Dominicana, Nicaragua y Perú, al menos el 30 porciento de los casos de secuestro por parte de un padre no se han resuelto. En lugares como Egipto, India, Jordania y Arabia Saudita, que no son signatarios del tratado de La Haya, hay cero cooperación.  

En este enlace encontrarán las cifras del Departamento de Estado: https://travel.state.gov/content/dam/childabduction/complianceReports/2014.pdf

En el caso de Michael Alexander, el proceso judicial de Argentina ha durado toda una vida. “Alexander ya creció, ya tiene arraigo en Argentina, o sea, el daño que le van hacer al llevárselo de la manera que se lo están llevando yo no sé cómo lo van a revertir”, consideró Francesconi.  

Llevárselo de la noche a la mañana como casi ocurrió el pasado mayo, cuando a Maria Belén le dieron 48 horas para despedirse del niño, porque supuestamente la corte ya había establecido que debía irse. Ella no podía ir con él porque si entraba a Estados Unidos puede ser arrestada, así que en esas 48 horas se vio obligada a preparar a su hijo para la posibilidad de vivir sin ella. 

“El mismo me dice yo no sé cómo le voy hacer para vivir sin vos... es muy chiquito”, dijo Francesconi.

Pero a medida que se la agotan las apelaciones para Francesconi, aumentan las probabilidades de que el niño regrese a Miami a vivir con un padre biológico con el que no pudo crecer. 

“Miguel me da miedo”, dijo el niño, quien no le llama papá a Miguel Ángel Reyes. Michael Alexander le llama Papá Omero al nuevo esposo de su madre; el  hombre que lo ha criado y quien le dio una hermanita que él adora. 

“Cuesta bastante pensar que quizás para la Navidad no lo voy a tener o que para mi cumpleaños no va a estar, o no va a estar para el primer cumpleaños de su hermana, que eso es algo que lo aterra”, dijo Francesconi.

En retrospectiva, Francesconi admite que tal vez las cosas hubieran salido mejor si se hubiese quedado en Estados Unidos a pelear por su hijo, y dice que está dispuesta a mudar a su familia entera a Miami si las autoridades le permiten entrar sin ser arrestada. 

“Yo me ofrezco a llegar a un acuerdo. Lo único que necesito es una oportunidad para presentar mi lado para que sepan que las cosas no son como se las contaron”, concluyó Francesconi.  

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