A los pies de la Virgen traigo mis penas, mis plegarias, mis sueños, mi vida entera. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Con esa canción, la familia de José Fernández llego a la Ermita de la Caridad para el cuerpo del lanzador recibiera la bendición católica.
Y El Padre Juan Rumín, rector de la Ermita, trató de ofrecerles consuelo.
“Yo sé que las palabras no son suficientes… Recibe un abrazo y a través de este abrazo recibe el amor, el calor y el apoyo de nosotros aquí en La Ermita y de toda la comunidad”, dijo el padre Rumí.
Elevaron oraciones y bendijeron el féretro con agua bendita, rodeados por feligreses de todas las edades que esperaron por horas la llegada de la procesión fúnebre al hogar espiritual del exilio cubano. Antes de continuar el recorrido de la procesión recibieron algunos obsequios, una bandera cubana como símbolo del orgullo que siempre será José para todos los cubanos, unas estampas de la Virgen de la Caridad.
“Y al final pude entregarles unas piedrecitas traídas desde El Cobre recordándoles que somos un solo pueblo”, agregó el sacerdote.
El alcalde de la Ciudad, Tomás Regalado, también recibió a la familia en representación de todo Miami, que siente la muerte de un ídolo con toda la vida por delante.
“Aquí en la Ermita había varias generaciones, las que llegaron hace 50 años y las que estaban aquí recientemente, y ese fue un factor unificador. Va a ser un legado que deja este valiente joven”, dijo Regalado.
Y varias generaciones de la misma familia vinieron a La Ermita a honrar a José.
“Le queremos dar las gracias, porque José fue un gran ejemplo para mi familia”, expresó Margarita Piloto, fanática de Fernández y residente de Miami.
