Peligra vida de opositora cubana

LA HABANA - La disidente cubana Marta Beatriz Roque afirmó este martes sentirse "muy débil", con mareos y dificultades para moverse un día después de iniciar una huelga de hambre para reclamar la liberación de un opositor preso, agravada por su decisión de no tomar medicación pese a la diabetes que padece. "Estoy muy decaída y empiezo a tener los primeros síntomas de la falta de alimentos, que se supone que el diabético debe consumir cada tres horas", dijo a Efe Roque. La opositora, de 67 años, economista de profesión y que tiene la ciudadanía española y parientes en las Islas Canarias, vaticinó asimismo que el plazo de 48 horas que estimó el lunes para sufrir un eventual coma diabético podría adelantarse. "Quizás entre antes en crisis, por el camino que voy estoy muy cerca de una crisis", indicó. Además de ella, otros doce opositores secundan la medida, entre ellos dos que solamente tienen un riñón, Alberto Reyes y Luis Enrique Santos, y un tercero, Jorge Luis García, conocido como "Antúnez", que tiene problemas cardíacos. Los tres viven en Santa Clara (en el centro de la isla) y del total de huelguistas, ocho están en la cárcel y cuatro están como ella, en sus casas. Roque permanece en su casa en el barrio habanero de La Víbora, rodeada de compañeros opositores, entre ellos dos enfermeras, aunque mantiene su advertencia de que seguirá la protesta "hasta las últimas consecuencias" y su negativa a recibir atención médica. Los párpados caídos, lentitud al hablar y desplazarse, aunque esto último todavía puede hacerlo sola, además de dificultades para orinar son algunos de los primeros síntomas de su deterioro físico. Tomó su último alimento el lunes a mediodía, una galleta con yogur, y desde entonces solamente bebe "buchitos de agua cada hora". Roque fue la única mujer entre los disidentes que fueron detenidos en la "Primavera Negra" de 2003, conocidos como el "Grupo de los 75". Entonces fue encarcelada y liberada, según su versión, tras sufrir un infarto y permanecer veinte días en una unidad de cuidados intensivos y un año ingresada en un hospital militar. En total, pasó cinco años en prisión entre aquella etapa y años antes cuando fue detenida por ser una de la impulsoras del manifiesto "La Patria es de Todos" difundido en 1997.

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