La niña cubana que pedía antes de morir ver a su abuela que vive en Cuba, falleció sin poder su deseo cumplido.
La embajada de Estados Unidos en La Habana, de manera inconcebible, le negó dos veces la visa a la abuela de la niña.
La niña estaba gravemente enferma en el hospital Jackson Memorial, desde donde su mamá y ella pedían compasión y ayuda para que la abuela pudiera viajar.
Lismery Ramírez murió a consecuencia de la Cystic fibrosis que padecía y de complicaciones con una diabetes derivada con problemas de coagulación.
La niña, de 14 años tenía un bypass para ventilarle los pulmones.
La niña estaba condenada a muerte en una cama de hospital, con oxígeno todo el tiempo, y sedada con morfina cada cuatro horas para aliviar los dolores.
La abuela Elena Borges ansiaba ver a su nieta, pero su anhelo se vio frustrado por la muerte de la menor.
