Expertos prevén auge del turismo a Cuba

Mientras EEUU y Cuba empezaban a normalizar sus relaciones por primera vez en medio siglo, algunos estadounidenses ya vagaban por las calles de La Habana Vieja, asistiendo a exhibiciones de danza y a charlas sobre arquitectura, dentro de viajes culturales programados que pueden costar más que un coche usado decente en su país.
 
Los visitantes estadounidenses participan "De pueblo a pueblo", un programa altamente regulado autorizado por el presidente Barack Obama en 2011 en uno de sus primeros pasos hacia la distensión con Cuba. El proyecto tiene como objetivo aumentar la interacción con los cubanos de a pie, sin crear imágenes incómodas de estadounidenses descansando en las playas de la isla de gobierno comunista. Los viajes tienden a atraer a gente que está a favor de la mejora de las relaciones con el gobierno del presidente Raúl Castro.
 
"Está indicado para gente que ya quiere que haya un cambio", dijo Jonathan Anderson, un residente en Denver de 33 años que participa en una excursión de ocho días que cuesta 6.000 dólares por persona. "La gente no viene aquí para ver lo malo que es Castro. Vienen aquí para reforzar lazos".
 
Expertos en viajes dijeron el domingo que la nueva apertura a Cuba anunciada por Obama cuatro días antes, va mucho más allá de la reforma de 2011 y podría aumentar drásticamente el turismo estadounidense en la isla caribeña en los próximos años.
 
Entre los cambios, Obama pidió al Departamento del Tesoro que amplíe las categorías de viajeros que pueden ir a Cuba sin solicitar antes un permiso del departamento. Quienes obtienen la autorización suelen participar en actividades educativas, la categoría que cubre la mayor parte de los viajes del programa. Expertos dijeron que la eliminación de la obligación de obtener el permiso podría reducir en gran medida el coste de los viajes organizados al recortar la burocracia. También podría dar pie a algo quizás más importante, permitir que un gran número de estadounidenses viaje legalmente por su cuenta para Cuba.
 
En el pasado, los participantes en "De pueblo a pueblo" sólo podían ir a Cuba con una licencia obtenida por una agencia de viajes en un proceso que duraba mucho tiempo, seguido de una larga verificación gubernamental de que los viajeros no estaban participando en el inadecuado turismo de ocio.
 
"No podemos ir a la playa y beber mojitos todo el día", dijo Tony Pandola, que lideraba el viaje de Anderson con Global Expeditions de San Francisco, California. "Eso no tiene ningún tipo de objetivo como intercambio educativo o cultural".
 
Ahora, según expertos en viajes que esperan que esperan la regulación prevista en cuestión de semanas, parece que las turoperadoras podrán viajar a Cuba dando solo su palabra al gobierno de Estados Unidos de que están participando en viajes educativos y no en turismo ordinario. Algunos piensan que a los nuevos permisos de viaje podrán optar las personas individuales, lo que permitirá que la gente vaya por su cuenta.
 
La flexibilización de las normas sobre el turismo es una apuesta tanto para Estados Unidos como para Cuba.
 
Obama dijo el miércoles que los viajes "De pueblo a pueblo" eran una forma de "fortalecer al pueblo cubano". Al mismo tiempo, un aumento del turismo estadounidense podría canalizar el necesario dinero en efectivo a una industria turística gestionada en su mayoría por lo que Obama describió el viernes como "un régimen que reprime a su pueblo".
 
Los expertos no esperan que los turistas estadounidenses inunden Cuba inmediatamente después de que se publiquen las nuevas regulaciones. La enorme complejidad de los detalles legales y la posibilidad, aunque sea remota, de multas por violaciones podrían suponer que la mayoría de los nuevos viajes sigan realizándose a través de operadores. Esos organizadores están obligados a hacer negocios con compañías de viajes estatales, lo que significa agencias turísticas están ahora casi en su totalidad en el ámbito del gobierno cubano.
 
Los viajes "De pueblo a pueblo" pueden costar entre 2.000 y 6.000 dólares por persona y los organizadores se supone que cumplen el itinerario oficial para respetar la normativa estadounidense. "Podemos salir y ver cosas, pero tenemos que cumplir con las reglas", dijo Anderson.
 
El turismo general a Cuba sigue estando prohibido por el embargo comercial de medio siglo de duración, y se necesitaría una ley del Congreso para revocarlo. Pero eso no ha impedido que muchos estadounidenses viajen a Cuba a través de un tercer país y mantengan silencio al respecto cuando pasan por inmigración y aduanas a su llegada de vuelta a Estados Unidos.
 
El número de viajeros estadounidenses en Cuba ha aumentado de forma constante cada año, desde alrededor de 245.000 de 2007 a casi 600.000 el año pasado, según un informe de La Habana Consulting Group, con sede en EEUU. Las estadísticas más recientes del gobierno cubano muestran que alrededor de 73.500 estadounidenses visitaron la isla en 2011, pero entre estos no están las personas con doble nacionalidad que se cuentan como cubanos.
 
Tom Popper, presidente de la turoperadora Insight Cuba, dijo que cree que muchos de los nuevos viajeros a Cuba emplearán los viajes organizados por la dificultad que puede suponer para una persona el cumplir con los requisitos del Departamento del Tesoro.
 
Sin embargo, la eliminación del requisito de licencia derribará un significativo obstáculo burocrático, según Popper, cuya última petición tenía más de 700 páginas.
 
"Esto es una buena noticia para nosotros", dijo Popper.
 
Y el atractivo de visitar Cuba va más allá de la educación para algunos estadounidenses.
 

"Vengo buscando un clima cálido y obviamente es un lugar histórico y también uno al que la mayoría de los estadounidenses no van", dijo Katja Von Tiesenhausen, una médico de urgencias de Boston de 41 años, que participaba en otro viaje organizado. 

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