Tus armas secretas de seducción

A veces, un simple gesto como cruzar las piernas o la forma en que te tocas el cabello pueden encender en tu chico la llama de la pasión. Te contamos cuáles son y cómo funcionan esas armas secretas de seducción. 1- Miradas que matan. La primera herramienta que tenemos las mujeres para atrapar a un hombre es la mirada. ¡Y es la más importante! Pero, cuidado, hay que manejarla con destreza: mira siempre a los ojos, sonríe, esquiva su mirada pero sin dejar de mostrarte accesible. Una mirada sensual de reojo puede resultar mucho más que una invitación a conversar. Utiliza este recurso sin ser demasiado obvia, y lo más importante es ser tú misma. ¡No sobreactúes! 2- Vestida para seducir. Tu look puede ser un arma letal. Vístete sexy pero nunca demasiado, o tu chico podría salir corriendo. Un buen escote, una falda que deje ver tus muslos cuando te sientas pero que no revele más de la cuenta y, muy importante, no te maquilles en exceso. Más que lo que ven, a los hombres los excita aquello que no ven y, todo lo que esté librado a la imaginación. En otras palabras, insinúa pero no muestres. ¿El secreto infalible? Siéntete deseada. 3- Muévelo, muévelo. Pocos hombres se resisten al encanto de una mujer que sabe cómo bailar cuando la miran. No hace falta ser una odalisca, muévete sintiendo la música, sonríe, míralo a los ojos mientras bailas, deja que tu pelo se balancee. ¿Una bomba de tiempo? De una manera sutil, haz que tus movimientos sean una inquietante promesa de lo que vendrá. 4- Emociones a flor de piel. Aprovecha tu sensibilidad para conquistar a tu hombre. Si lloras en el cine y él te puede prestar sus Kleenex o la manga de su camisa, se sentirá caballero; si te encantan los animalitos y los niños, él se conmoverá. Si te aferras a él en una peli de miedo, se sentirá protector y fuerte, y le encantará saber que le necesitas. Pero, ¡cuidado!, que no sienta que dependes de él porque puedes espantarlo. 5- Tú al mando. Los hombres suelen ser poco creativos después de las primeras dos o tres citas. Apuestan siempre a los mismos programas. Por eso, una forma de conquistarlo es ayudándolo con tu iniciativa: organiza veladas románticas en un bote, propón ir por el fin de semana a otra ciudad, invítalo a una noche de gala en un teatro o llévalo a una clase para aprender tango o salsa.

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