BRASILIA - El ministro de Deportes de Brasil, Orlando Silva, se convirtió el miércoles en el quinto integrante del gabinete en renunciar tras ser acusado de corrupción, en una cartera clave para la organización de la Copa del Mundo de Fútbol 2014 y las Olimpíadas de 2016.
"Pedí apartarme del gobierno, salgo del gobierno para defender mi honor", dijo Silva en breve anuncio a los periodistas tras reunirse con la presidenta Dilma Rousseff.
Hace poco más de 10 días, Silva fue acusado en la prensa de participar en desvíos millonarios de dinero del ministerio de Deportes, a través de programas destinados a fomentar el deporte entre jóvenes pobres y que habrían beneficiado también a su agrupación política, el Partido Comunista do Brasil.
"No hay ningún hecho, ninguna prueba que pueda comprometer mi honor y mi conducta ética", dijo Silva ante los periodistas al anunciar su renuncia.
La Corte Suprema, único tribunal que puede juzgar a miembros del Ejecutivo electos, abrió una investigación sobre las denuncias el martes. La decisión dejó al ministro pendiendo de un hilo, en momentos en que Brasil está enfrascado en un pulso con la FIFA sobre detalles de la organización de la Copa del Mundo.
Rousseff, de 63 años, ex guerrillera y heredera política del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, ha mantenido desde que asumió en enero un discurso de intolerancia con la corrupción en su gobierno.
El jefe de la Casa Civil (suerte de primer ministro) y los ministros de Transportes, Turismo y Agricultura pagaron por ello y se vieron obligados a renunciar desde junio tras ser blanco de denuncias en la prensa. También fueron renovados numerosos altos cargos de esos ministerios.
El Ejecutivo no anunció quién sustituirá a Silva de manera permanente, aunque a partir del jueves quien toma el cargo interinamente es el secretario ejecutivo del ministerio, Valdemar de Souza.
