Distraerse en el trabajo, cosa de “tontos”

Las conclusiones de los estudios que se llevan a cabo en las universidades arrojan cada vez más, resultados curiosos.

En esta ocasión, el centro de investigación Carnegie Mellon de la Universidad de Pennsylvania reveló que las distracciones en el trabajo como hablar con un compañero, entrar en Facebook o contestar una llamada de teléfono nos hacen un 20% más "tontos".

Mientras el avance tecnológico del que gozamos hoy en día supondría una muestra de inteligencia, siguiendo el resultado de este estudio podría parecer lo contrario ya que son precisamente estos elementos los que en teoría nos hacen menos espabilados.

La explicación está en el cerebro y el impacto que las distracciones tienen sobre él. Según el estudio, un trabajador común dispone de 11 minutos entre una interrupción y otra, mientras que volver a la actividad anterior tras la distracción, le toma unos 25 minutos.

El estudio analizó esos 11 minutos de "productividad" que tiene un trabajador antes de que sea interrumpido mediante un experimento. Un grupo de 136 personas se pusieron a trabajar. Unos cuantos fueron interrumpidos en varias ocasiones y otros pudieron hacer su trabajo al completo, sin tener distracción alguna. Aquellos que fueron interrumpidos contestaron correctamente a las preguntas un 20% menos que los otros.

En otras palabras, la distracción de una interrupción, combinado con la preparación para la misma, los hizo un 20% más "tontos".

El estudio concluye que es posible entrenar al cerebro y preparalo para posibles distracciones que recibirá durante el día, a pesar de que no se sepa cuándo van a ocurrir.

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