Bergdahl: Los talibanes me torturaron

PARÍS -- El sargento norteamericano Bowe Bergdahl ha dicho a la gente que lo atiende en una instalación médica militar estadounidense en Alemania que sus captores talibanes lo torturaron, golpearon y encerraron en una jaula en Afganistán después de que trató de escapar, dijo el domingo un funcionario militar de Estados Unidos.

El funcionario habló con la condición de no ser identificado porque no estaba autorizado a hablar de la información que ha dado Bergdahl sobre sus cinco años en cautiverio. El diario The New York Times informó por primera vez sobre el asunto.

La fuente también reconoció que es difícil confirmar las aseveraciones del sargento, liberado hace una semana.

Bergdahl, ahora de 28 años, fue secuestrado en junio de 2009 después de que se separó de su unidad de infantería, aparentemente después de un intento de deserción. Estuvo secuestrado por el Talibán casi cinco años.

Médicos militares en el Centro Médico Regional Landstuhl dijeron que Bergdahl está apto para viajar, aunque emocionalmente no está preparado para reunirse con su familia. Todavía no habla con ellos. No está claro cuándo puede regresar a Estados Unidos.

Típicamente, un cautivo devuelto pasa de cinco días a tres semanas en la llamada fase de reinserción -en la que Bergdahl se encuentra ahora-, según dijo la semana pasada un psicólogo del Pentágono que es experto en el trato con los militares que han sido liberados luego de su cautiverio. El psicólogo habló con la prensa el jueves a condición de guardar el anonimato según las normas básicas establecidas por el Pentágono.

Se espera que una vez que se considere que está listo para pasar a la siguiente fase de su regreso, Bergdahl será trasladado a un centro médico del ejército en San Antonio, donde se cree que se reunirá con su familia.

Bergdahl fue liberado a cambio de cinco talibanes de alto rango que estaban encarcelados en la prisión militar estadounidense en Guantánamo, Cuba.

"Habría sido ofensivo e incomprensible abandonar conscientemente a un estadounidense, sin importa qué haya hecho", dijo el domingo el secretario de estado, John Kerry, al programa de CNN "State of the Union".

El canje de cautivos, que el gobierno de Barack Obama hizo sin consultar al Congreso, desató una tormenta política que no da señales de tener fin.

Tanto legisladores republicanos como demócratas, que en un principio alabaron la liberación de Bergdahl, rápidamente se retractaron ante las dudas de si el sargento desertó al alejarse de su puesto y por las condiciones del canje. Algunos compañeros de Bergdahl dicen que varios estadounidenses murieron en los intentos por encontrarlo.

El senador John McCain, quien fue prisionero durante la guerra de Vietnam, estuvo de acuerdo con Kerry en que Estados Unidos debe hacer todo lo posible para liberar a cualquier norteamericano cautivo, "pero no a costa de la vida o el bienestar de sus compañeros de servicio, tanto hombres como mujeres".

McCain dijo a CNN que "cuando nos unimos a la milicia, sabemos que tomamos algunos riesgos, y entre esos riesgos están las lesiones, la muerte y la prisión".

La ciudad natal del militar -Hailey, Idaho- canceló el miércoles por motivos de seguridad los planes para un festejo de bienvenida. El sábado, el FBI informó que la familia de Bergdahl recibió amenazas que ya investigan las autoridades.

El funcionario federal dijo a The Associated Press que los padres del militar están siendo acosados y amenazados, incluso de muerte.

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