Gross: “Parece que no puedo escapar de Cuba”

Cuatro meses después de abandonar una cárcel cubana con visibles signos de deterioro, el contratista estadounidense Alan P. Gross estará este lunes en Miami abogando por la apertura de comercio y de viajes hacia la isla donde permaneció cautivo desde 2009.
 
Gross, que acaba de cumplir 66 años, viajará a la capital del exilio cubano para participar en una recaudación de fondos del flamante New Cuba PAC y asistir a una discusión sobre el cambio en las relaciones entre Washington y La Habana.
 
Jill Zuckman, asistente de Gross, confirmó a Telemundo51 que el contratista se presentará en Miami en un encuentro privado, pero no hará ninguna declaración pública.
 
El evento se efectuará en la vivienda del abogado Scott Gilbert, a quien Gross considera su Moisés tras librar la batalla por liberarlo, y se esperan contribuciones entre $1,000 y $5,000 dólares. Gilbert ha declarado a The New York Times que su cliente está incluso en disposición de regresar a Cuba y hacer todo lo que esté a su alcance en favor del mejoramiento de las relaciones entre los dos países.
 
Un giro sorprendente para quien por cinco años fue considerado un rehén del gobierno que lo mantuvo prisionero tras un polémico encausamiento y proceso judicial. 
 
 
El New Cuba PAC está vinculado a Engage Cuba, un grupo recién creado -con integración bipartidista- para promover el levntamiento del embargo ante el Congreso. El acto de recaudación de este lunes será de hecho el bautismo politico de ambas organizaciones.
 
Aunque sin ofrecer entrevistas desde su excarcelación el pasado 17 de diciembre, Gross se ha mantenido muy activo a través de las redes sociales. En su cuenta de Twitter el tema de Cuba es recurrente y revela a un hombre marcado por la dolorosa experiencia que cambió su vida, convirtiéndolo en una pieza de negociación y en factor de cambio de la política de la Casa Blanca.
 
Sus mensajes han ido de la crítica a la retórica del régimen cubano a los supuestos millones que pierden las empresas agrícolas de Estados Unidos a causa de las restricciones del embargo.
 
“El Gobierno de Cuba tiene que demostrar su compromiso con el estado de derecho. Debe liberar a Rolando Lorenzo García Perera inmediatamente escribió  uno de sus primeros mensajes en Twitter, a comienzos de enero.
 
García Perera, condenado a 25 años de prisión por motivos políticos en 2001, compartió con Gross por 16 meses en el pabellón de prisioneros del Hospital Militar “Carlos J. Finlay” de La Habana. Entre ambos se estableció un puente de solidaridad y preocupación mutua por sus destinos.
 
A mediados de 2014, Gross realizó una huelga de hambre en la prisión y reveló sus intentos de suicidarse de no ser liberado. Por esos días su madre, Evelyn Gross, falleció en Texas, a los 92 años, sin que el gobierno cubano accediera a concederle un permiso humanitario a su hijo para visitarla por última vez.
 
“Si el gobierno de Cuba quiere realmente inversión extranjera directa, necesita demostrar cuánto lo quiere”, manifestó en otro mensaje. “Corresponde al Gobierno de Cuba demostrar su seriedad, nadie puede hacerlo por ellos”.
 
También el tema del acceso a la internet en la isla le ha motivado varias reflexiones. Justamente el contratista fue condenado a 15 años de prisión por un tribunal cubano por distribuir tecnología para conectar a los cubanos a la red sin los controles gubernamentales. Según la acusación, Gross puso en peligro la seguridad nacional.
 
El tema de la conectividad de los cubanos en uno de sus viajes en abril.
 
“Es realmente sorprendente para mí que pueda iniciar con facilidad una sesión en internet desde un avión mientras los cubanos no tienen acceso a internet en absoluto”, comentó. “Esto es realmente increíble -que puedo sentarme en un avión y conectarse a Twitter, mientras que la mayoría de los cubanos no puede incluso navegar en la web”.
 
En otro momento concluyó: “La falta de acceso generalizado a internet en Cuba NO es debido al costo, ni es cuestión técnica”.
 
Y tras conocer la recomendación del Departamento de Estado de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, escribió: “Hola Cuba: no más excusas”.
 
Gross ha estado atento a acontecimientos recientes como el encuentro de Raúl Castro y Barack Obama en la Cumbre de las Américas en Panamá, el pasado mes, así como el anuncio del senador cubanoamericano Marco Rubio a la candidatura presidencial por el Partido Republicano. “Rubio, no va a ninguna parte”, escribió en referencia a un artículo del conocido columnista Marc Fisher en The Washington Post.
Pero Cuba es también una evocación constante en sus nuevas vivencias en libertad, no solo por cuestiones políticas.
 
En un viaje a Israel, el pasado febrero, publica la foto de una tienda para comentar “lo fácil que es encontrar tabacos cubanos en Tel Aviv”.
 
Allí también lo sorprende un ritmo cubano, al parecer una versión de “El Manisero”, la popular creación de Moisés Simons, y Gross no pierde la oportunidad para lanzar una clara confesión: “Sentado en un salón en el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv -y lo que puedo oír? MÚSICA CUBANA ("Mani")! Parece que no puedo escapar de Cuba”. 
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