2 de noviembre a la mexicana

El tradicional Día de Muertos en México es una celebración que se extiende a la comunidad hispana en Estados Unidos. De acuerdo al Centro Hispano Pew, basado en un censo de población en 2011, en Norteamérica habría más de 31 millones de mexicanos, equivalentes al 65% de la población latina total. Y con tantos mexicanos no es de extrañarse que en algunos puntos de Estados Unidos esta tradicional fiesta de tintes prehispánicos sea uno de los eventos más significativos y coloridos del año. Los orígenes del Día de Muertos son anteriores a la llegada de los conquistadores españoles. Según está registrado en los archivos históricos, las etnias Mexica, Maya, Purépecha, Náhuatl y Totonaca ya lo celebraban por todo lo alto. A nivel mundial el 2 de noviembre hoy en día es tan significativo que ha sido declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. En Estados Unidos sucede un fenómeno muy interesante que ha sido estudiado por diversos intelectuales, pues al tiempo que se celebra el Halloween, la comunidad latina, especialmente los mexicanos, celebran el Día de Muertos y muchas familias mezclan las dos fiestas, se disfrazan, crean típicas ofrendas y piden calaverita o lo que comúnmente se conoce como “Trick or Treat.” Este sincretismo entre la tradición del Halloween y el Día de Muertos es algo que encontramos muy presente en la familia de Israel Pineda y Elizabeth Martínez, una pareja de mexicanos que han vivido por más de 9 años en Chicago, Illinois y que siempre que pueden se reúnen con sus parientes y preparan una fiesta llena de dulces, ofrendas y sorpresas. Toda la familia se junta para comer el típico pan de muertos con un atole (bebida caliente con leche y masa), por la tarde los niños se disfrazan de diferentes personajes y van de casa en casa a pedir dulces. No todas las familias acostumbran a mezclar las tradiciones, algunas prefieren marcar más sus costumbres y aferrarse a ellas sin dejar que entre ningún elemento de la festividad estadounidense. Entre la comunidad Chicana (los jóvenes descendientes mexicanos) esta fiesta toma fuerza en los años 70 y comienza en San Francisco con las exposiciones del Día de los Muertos. Es una búsqueda incesante por construir su identidad, el Día de Muertos es una gran oportunidad para aferrarse a sus raíces mexicanas, crean todo tipo de obras artísticas y de performance relacionadas con símbolos representativos a la muerte, el folklor, figuras prehispánicas, motivos religioso y las exponen en los diferentes centros culturales o si no hay la oportunidad a lo largo de sus barrios. Al interior de las casas y en los traspatios se realizan las ofrendas, las flores, el pan de muertos, el agua, las velas, las calaveras de azúcar, el copal, fotografías personales, el papel picado y las serpentinas, todas las comidas y bebidas que se preparan para la celebración. Las familias mexicanas ven este día como una gran oportunidad para revivir sus tradiciones y compartir con nostalgia los recuerdos de un México que sigue vivo en sus corazones.

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