Una calle con mucha historia

Si hay un lugar donde se junta el orgullo hispano de Miami, éste es la Calle Ocho. A lo largo de la SW 8 St de Miami, conocida en español como la Calle Ocho, se encuentra La Pequeña Habana, lugar adonde llegaron los primeros exiliados de la Revolución Cubana en 1959. Más tarde se le unieron exiliados que llegaban por distintas razones a los partidarios del Régimen de Batista que fueron quienes inicialmente se establecieron allí.

Tomando en cuenta que Miami inició realmente su desarrollo como ciudad en la década de los 20, el cual se vio fuertemente impulsado por el éxodo cubano a partir de los 60, la zona de La Pequeña Habana y su Calle Ocho son una especie de columna vertebral de la historia de la hispanidad en Miami.

Foto: Flickr / Wally Gobetz

Sin embargo, la Calle Ocho no se reduce a un refugio de exiliados; con el tiempo ha evolucionado y se ha convertido en un lugar que, si bien sigue guardando mucho ese sabor y nostalgia de la Vieja Habana, es ya un producto de sincretismo cultural no sólo de Cuba con Florida, sino de las demás nacionalidades caribeñas, centro y sudamericanas que han encontrado en Miami un lugar donde perseguir sus sueños.

Quienes esperen llegar a la Calle Ocho y encontrar una réplica de lo que actualmente es La Habana, se quedarán muy decepcionados, pues esta vía no es ni La Habana de hoy en día ni la de hace 50 años, es simplemente la Ocho, con todo el sabor, cultura, tradición y evolución hispana que ha vivido Miami a lo largo de medio siglo.

No encontrará grandes edificios ni una arquitectura impresionante. El encanto de la Calle Ocho radica en su gente, en las personas que ahí viven y trabajan. Café fuerte, tabaco, dominó cubano, el sabor de la salsa, todo eso se encuentra en esta peculiar avenida a la cual se han ido sumando los olores, sonidos y sabores de toda Latinoamérica.

Foto: Flickr / Wally Gobetz

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