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Alex Rufer: Nueva Zelanda Sub-20

Alex Rufer: Nueva Zelanda Sub-20

ALEX RUFER

Este joven futbolista juega como centrocampista ofensivo para el Wellington Phoenix de su país. Rufer, quien también asistió a la escuela secundaria para varones Palmerston North, es el hijo del exjugador internacional de Nueva Zelanda Shane Rufer, y el sobrino de Wynton Rufer.

Ningún linaje futbolístico tiene tanta fama en Nueva Zelanda como el de los Rufer. Wynton Rufer fue, por supuesto, un delantero de grandísima categoría que acabó siendo elegido mejor futbolista del siglo de Oceanía, en parte gracias a su etapa pionera en la Bundesliga alemana. Su hermano mayor, Shane, también defendió los colores de la selección neozelandesa, y compitió en Suiza durante una década, en una época en la que había muy pocos Kiwis en el fútbol europeo.

Ahora es el hijo de Shane, Alex, quien enarbola el pabellón familiar, y aspira a convertirse en una figura básica del próximo gran torneo que se celebrará en tierras neozelandesas, la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA 2015. El certamen, en el que participan 24 naciones, será la mayor competición futbolística disputada en Nueva Zelanda, y sigue la estela de los Mundiales sub-17 masculino y femenino de 1999 y 2008, respectivamente.

El fútbol neozelandés ha recibido un gran impulso en los últimos años, gracias a su histórica clasificación para la Copa Mundial de la FIFA 2010™ y el éxito del Wellington Phoenix, club de la A-League en el que milita Alex. ¿Y cuál puede ser el impacto que tenga la prueba de 2015 en el deporte rey del país? “Podría ayudar muchísimo a Nueva Zelanda”, explica Rufer a FIFA.com. “Podría tener un gran impacto sobre el fútbol en todo el país, aumentar su popularidad y, en general, situarlo en un nuevo plano en Nueva Zelanda”.

“Yo pienso mucho en el torneo. Será una oportunidad fantástica de jugar contra grandes estrellas, y ojalá hagamos un buen papel en casa. Mientras tanto, espero poder acumular el máximo tiempo de juego posible, y ofrecer cada día mi mejor nivel", continúa.

Rufer ya tiene una idea de lo que les aguarda, tras participar en la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA 2013 en Emiratos Árabes Unidos. “Fue una gran experiencia”, dice, a pesar de las tres derrotas sufridas en la fase de grupos. “Jugar contra Italia, Costa de Marfil y Uruguay y algunas grandes figuras de esos países. En cierto modo, nos sirvió para abrir los ojos, y nos permitió ver dónde estábamos en comparación con algunos grandes países”.

Con todo, Rufer es optimista, y confía en que el próximo Mundial sub-20 sea una experiencia distinta a la de EAU 2013. “Jugar con el apoyo del público es algo muy positivo”, señala. “Es casi como jugar con un hombre más, y te da la energía adicional para hacer un buen papel, no sólo por uno mismo y por los hinchas, sino también por Nueva Zelanda. Estoy convencido de que podemos hacerlo bien. Ser locales podría darnos un pequeño empujoncito, y podemos hacerlo mejor que en el sub-17”.

Crecer con el fútbol
Quizás no sorprenda saber que Rufer juega al fútbol desde que tenía cuatro años. Era algo totalmente lógico. “Es lo que siempre he querido hacer”, confiesa. “Por supuesto, uno siempre se fija en su padre, pero tenerlo como ejemplo en el fútbol es perfecto. Llevo aprendiendo de él desde que empecé, y también de Wynton, claro. Siempre me han orientado, y supongo que eso ha dado sus frutos”.

Alex, no obstante, se ha labrado su propio rumbo como una fuerza creativa en el mediocampo, a diferencia de su tío, que era delantero, y su padre, que destacaba por la contundencia a la hora de recuperar el balón.

Shane siempre está ahí para darle consejos, algo que Alex agradece. “Después de casi todos los partidos normalmente hablamos de cómo voy, y qué aspectos puedo mejorar”, afirma. “Su opinión me sirve de mucho, y obviamente es algo positivo y que me ayuda a mejorar mi fútbol”.

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